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si me dejas,

te cojo de la mano

y acaricio tus dedos

hasta llegar a

tu muñeca

camino a

pasos cortos por

el sendero de tus

venas marcadas

para así

disfrutar del tacto

suave tuyo

y solo antes de

dibujar con mis

dedos el comienzo

hacia tus clavículas

posando mi dedo

índice en tu cuello

dejando que mi

mirada se funda en

tus ojos marrones como

el chocolate caliente

porque hay algo

dentro tuyo que

arde en llamas

te pregunto así

como puedo al

verme reflejado en

tu mirada

si me dejas,

hacer que tus ojos

brillen tanto que

sientas los latidos

de tu corazón

tanto como el mío

desde que te vi

al cruzar la

esquina

((tan solo escribo esto entre paréntesis porque, si te gusta leerme, tal vez te gustaría saber que he empezado una historia, y que se titula iridiscente))

1995Donde viven las historias. Descúbrelo ahora