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puede que mañana no quieras;

             sentir el roce de mis dedos entrelazados a los tuyos, mi mirada anclada a tu rostro y a todo tú. escuchar el sonido de mis pisadas al compás de las tuyas, mi silencio escondido entre tus palabras por el placer de oír tu voz. verme sentada en los últimos escalones que dan a la puerta de tu piso. acariciar mis mejillas ante mis ojos cerrados de noche, sostener mi peso, mis miedos, sostenerme por si acaso tropiezo.

pero si hoy quieres; me conformo con eso

1995Donde viven las historias. Descúbrelo ahora