s

131 20 2
                                    

tú, que llegaste a ver todas sus caras sin pararte a pensar que fuiste la primera persona en entrar bajo su piel

liberar sus cadenas que le ataban a tanto pero que le pesaban tan poco y desenredar sus líos con paciencia y con tiempo, mucho, mucho tiempo a pasitos pequeños, retrocediendo más de uno para cada dos que avanzabas

porque el número tres bien sabías lo jodido que era aunque te tomó tiempo, también, entender lo mucho que le gustaban los impares

pero tú, que creías ir siempre un paso por delante hasta de un caso tan particular como lo fue éste, la jugada no te salió como planeaste:

fuiste su primero pero es que él acabó siendo tu único y ni siquiera tu triste orgullo te hizo abrir los ojos

1995Donde viven las historias. Descúbrelo ahora