Capítulo 5

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A este punto, Jerome y yo sabíamos que no podíamos estar en la misma habitación. Cuando yo estaba en su habitación (porque era la única aquí), Jerome salía, cuando estaba en la sala de estar y Jerome entraba, yo volvía a a la habitación y viceversa. Era un apartamento pequeño y mugriento, y aunque trataba de limpiarlo lo mas que podía, siempre llegaban algunos de sus trabajadores a comer y tirar basura.

—¿Violyn? —escucho una voz femenina.

Estaba tomando aire en el pequeño balcón donde estaba la escalera de emergencia, una chica con ojos verdes y cabello rizado me habla desde el piso de arriba, ella baja la escalera de fierro y se acerca a mí. Selina era un poco más alta que yo, ya habíamos tenido conversaciones, en algunas ocaciones trabajábamos juntas. Se podría decir, que éramos algo como amigas, sin embargo, como cada una tenía su método de trabajo, no frecuentábamos mucho.

—Hola, Selina —sonreí.

—¿Qué haces aquí? —pregunta.

—Trabajo —dije sin que las palabras salieran de mi boca, ella asintió—. Al parecer soy el nuevo juguete de Jerome Valeska.

—¿Está todo bien? —ella me mira seria—. Sabes de las cosas que es capaz.

—Creo que es muy calmado para mi gusto —sonrío sin ganas—. ¿Qué pasó entre tú y... Bruce Wayne?

Ella baja la cabeza, como si estuviera decepcionada. Selina y yo no nos considerábamos muy amigas pero, sabíamos cosas de la otra, y aveces, nos contábamos de todo cuando necesitábamos a alguien que nos podría escuchar. Desde que Bruce Wayne dejó Gotham hace un par de años, a Selina se le notaba más apagada. Ya no robaba como lo hacíamos cuando teníamos dieciséis años, eran robos mucho mejores, donde involucraban mucho dinero.

—Oí que volvió —aclaré.

La noticia de que Bruce Wayne había vuelto a Gotham era tendencia en esta casa, Jerome tenía algo raro con él, de todas formas quería matarlo. Era algo así como el gato y el ratón, Bruce Wayne siempre hallaba un modo de escapar de la muerte.

—Sí —dice después de un rato en silencio—. Lo oí también.

—Su novia no para de chillar sobre eso —dije señalando a la ventana, ella rió.

—¿Quieres hacer algo divertido?

—¿Involucra escaparme? —sonreí.

—Sabes el juego... —lo dudé por un segundo, siempre era ella la mala influenza—. Vamos, ya no tenemos quince años como antes. Tenemos veintiuno.

—Veinte —corregí.

—¡Somos libres! —exclamó. Sonreí.

—Permíteme un segundo.

Volví al apartamento y miré el reloj en la pared, Jerome siempre llegaba a las cuatro, tenía solo tres horas. Agarre un papel y un bolígrafo, al terminar de escribir lo que necesitaba, lo pegué en la nevera con un imán y volví con Selina, no sin antes tomar mi abrigo.

—¿Qué planes tienes?

***

Miré la enorme sala de estar del penthouse de Selina, era increíblemente hermosa, un sofá en forma de L de cuero negro y un televisor mas grande que yo. Era alucinante. Y la vista, se podía ver todo Gotham ahí, nunca había visto una casa así. Era increíble que ella pudo haber logrado todo esto sola, ella sí podía hacerlo, ella era libre.

—Puedes quedarte aquí si quieres —dice tendiéndome una copa de vino. Ambas chocamos las copas—. Trabajaríamos juntas.

—Sabes que tengo mis métodos —ella rueda los ojos mientras se sienta en la silla frente a su mini bar.

—Códigos, códigos, códigos —bufa—. ¿Por qué la gente se preocupa tanto?

—Solo daño a los que hacen daño —aclaré mientras me sentaba en el sofá frente a ella.

—Los códigos son tan estúpidos —murmura.

—¿Qué me dices de los códigos de amigas? —sonrío mientras bebo un poco de vino—. Imagina que nos gustase el mismo chico, no podemos compartirlo. O, si tú saliste con un chico y ese chico me gusta ahora o viceversa.

—Suerte que no somos amigas.

—Si lo somos, solo que somos orgullosas como para admitirlo.

—Touché —sonríe—. Bueno, si hablamos de esos códigos, lo respetaría. Imagínate si te gusta Bruce Wayne.

En ese momento me tomé todo el vino de la copa, no podía negar que era alguien atractivo, pero no era mi tipo.

—No es mi tipo —negué con la cabeza y me acerqué hacia ella para servirme mas vino—. Además a ti te gustó él por mucho tiempo, me sentiría culpable si ese chico me atrajera, pensaría que te estoy traicionando.

—Eres mi amiga, no mi esposa —ambas reímos a carcajadas. Volvimos a chocar nuestras copas y dimos un sorbido—. Bruce y yo nunca podríamos tener algo juntos —revela—. Solo mírame, tengo todo esto por robo, ni siquiera me lo gané por mi cuenta.

—Pues yo veo una chica hermosa —sonreí—. Y si él no lo ve, pues es un idiota —ella rió.

—Hablando de idiotas... ¿Cuál es tu trabajo con Jerome?

Le conté el plan de Crane, a Selina no le pareció gran cosa como a mí, y la razón era por nuestros distintos métodos de trabajo. Pasé el rato con ella bebiendo y bailando, no habíamos tenido un tiempo así desde que Bruce Wayne se había ido de la ciudad. Aunque ella y él se llevaban bien, nunca lo llegué a conocer en persona, y al mismo tiempo, no me importaba mucho que digamos.

Ella me dejó en el mugriento departamento de Jerome, no había bebido mucho pero el alcohol aún así tenía efecto en mí. Al abrir la ventana mientras reía porque Selina me había contado algo gracioso, me di cuenta que Jerome estaba en la sala de estar. Se acercó a mí para ayudarme a bajar y Selina se quedó afuera.

—Hola —saludé, en eso Jerome saca una pistola y apunta hacía Selina, ella rápidamente saca su arma—. Oigan, tranquilos.

—Vete —dice Jerome—, ahora.

—Baja el arma, Jerome —dije sosteniendo el arma, apuntando hacia abajo.

—De todas formas no es a ti al que quiero matar —dice Selina.

—¿Aún te duele la bala en tu vientre? —sonríe Jerome y noto a Selina que tensa el arma.

—Ya basta —me interpuse entre ellos—, tú no tuviste nada que ver en esa mierda así que cállate —le bramé.

Selina se fue después que dijera esas palabras y yo me fui a dar una fría ducha, ignorando a Jerome. 

MANIAC  ☢︎Jerome Valeska☢︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora