Capítulo 31

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Jerome me había dicho que me pusiera algo casual para nuestra cita de esta noche, ayer fue un día de trabajo duro, no solo porque planeábamos atacar a Jeremiah, sino también porque necesitábamos más armas y eso involucraba mucho dinero que tenía que hackear.

Al llegar la noche simplemente me puse unos jeans y una sudadera negra, me maquillé un poco los ojos pero nada exagerado. Al mirar mi vestimenta en el espejo me pareció estar bien, dudo que Jerome me lleve a un restaurante muy elegante para comer. Ahora que las cosas estaban tensas por infiltrarse en el hospital y lo de Jeremiah, no era tan simple salir al publico, en los diarios salía como la chica que salvaron de Jeremiah.

Tragué saliva cuando me alcé la sudadera para ver la marca de Jeremiah, me estremecí al tocar los puntos de la cicatriz y su risa se escuchó en mi mente. Cerré los ojos tratando de calmar mi respiración, me estaba alterando demasiado.

—¿Todo bien? —me bajé la sudadera y vi a Jerome en la puerta de la habitación.

—Si —respondí, para luego morderme el labio—. Simplemente estaba arreglándome.

Él se acerca a mí y me toma de la mi cintura, alza la sudadera y mira seriamente la marca de Jeremiah.

—Mierda —masculla, yo frunzo el ceño.

—Ya basta —dije bajando la sudadera—, ya pasó y no pude evitarlo.

—Si hubiera llegado a tiempo...

—No tenías qué —admití—, no eres un héroe Jerome, así que no te culpes por eso... Pero hubiera deseado que me lo hubieras advertido al menos.

—Son mis asuntos, Violyn, no los tuyos —espeta.

—El hijo que tenía adentro si era asunto tuyo, Jerome y aún así, desde que acepté a venir contigo no me has hablado de eso —él pone los ojos en blanco.

—Lo perdiste, punto.

—Tú dijiste que Jeremiah se había vengado de algo —empecé, él puso los ojos en blanco—. ¿De qué se vengó ese idiota, Jerome?

—Yo le hice algo a alguien, hace años. Y ese alguien era cercano a él, no lo sé. Mira, no hay que preocuparnos por eso... Era lo mejor que lo hayas perdido —me alejé de él.

—¿Era lo mejor? —pregunté, entonces sonreí—. Claro, era lo mejor porque el gran Jerome Valeska no puede tener hijos porque está mal de la cabeza. Y por eso era mejor que Crane me pegara hasta la muerte para perderlo, que gran apoyo eres.

—¡Sé realista, Violyn! —exclama—. ¿Qué hubieras hecho con ese mocoso? ¡Tienes solo veinte años, que mierda pensabas!

—Nada —admití—. ¿Está bien? No sabría que hacer si me enteraba antes, pero te aseguro, Jerome. Que si lo hubiera hecho me hubiera ido muy lejos de ti.

La verdad no era esa, probablemente hubiera ido donde Selina a que me apuñalara o algo parecido. Aunque pensándolo bien, lo hubiera tenido, pero tampoco quería dejarlo en un orfanato, jamás le desearía eso a cualquier niño. Lo hubiera criado, aunque me hubiese hartado de sus llantos y gritos, pero aun así lo hubiera tenido.

Pasé por su lado, empujándole el hombro para salir al pasillo.

—Que tonta eres, cariño —dice mientras me sigue al bajar las escaleras—. No hubieras durado más de una hora sin mi —me detuve.

—Cuida tu ego, Jerome —sonreí, acercándose a él—. ¿Te hago recordar que tú eres el que no quiere dejar de verme? —su sonrisa se desvaneció.

—Cuida lo que dices —dice tomándome del brazo para acercarme más a él—. Te hubieras ido muy lejos hace mucho, Violyn. Sin embargo sigues aquí, ¿por qué?

MANIAC  ☢︎Jerome Valeska☢︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora