Jaque mate

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Olga era una mujer que trabajaba en las oficinas de un prestigioso periódico. Una noche descubrió el cuerpo del señor Barreda, su patrón, tendido sobre su escritorio con un cuchillo enterrado en la espalda, la mujer quedó impactada y su mente se volvió un caos de indecisión.

Después de todo también sería una de las sospechosas junto con Abel, su pareja, el hombre que solía pasar horas jugando ajedrez con el ahora occiso. 

¿Quién además de ellos había entrado a la oficina de Barreda? 

La mujer tenía claro que desde las seis de la tarde en que la jornada de trabajo llegó a su fin, nadie más había permanecido en las instalaciones, se preguntaba si una ida al tocador había sido suficiente para que todo ocurriera, pues al regresar Abel ya no se encontraba.

«Olga, sal de ahí en cuanto veas este recado, no pude contener mi ira y lo maté», decía una nota ubicada a sólo unos metros del cuerpo del finado. Nota que leyó ignorando la petición para así realizar una llamada y hacer lo correcto, según pensaba.

—Comandancia de policía —respondieron al otro lado de la línea.

—Oficial, mi esposo asesinó a un hombre. 

Microrrelatos y PoesíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora