En esa tarde en la que el cielo se torna tétrico y los últimos rayos se asoman en el horizonte, caminas a través del sendero que te conduce a una nueva vida. Es el momento que más has anhelado en tu existencia y por alguna extraña razón el destino te ha permitido llegar hasta ahí.
Te diriges hacia la ciudad en donde has conseguido al fin el empleo de tus sueños, aquel que te permitirá llevar un estilo de vida más acomodado. De pronto, tu sentido de alerta se activa y sientes que alguien camina detrás de ti. Miras de reojo y logras observar a dos personas que avanzan a algunos metros de distancia.
Algo te dice que eso no es nada bueno, el corazón te empieza a palpitar de manera acelerada y tu cerebro obliga a tus piernas a avanzar a mayor velocidad. Comienzas a sudar frío pues los individuos que siguen tus pasos parecen no llevar buenas intenciones.
«¿Es acaso que el destino se empeña en no dejarme ser feliz?», piensas mientras la ansiedad se apodera de ti y tu cuerpo se estremece.
—¡Deténgase! —grita uno de los individuos al momento que todo se cimbra bajo tus pies. Tu mente reacciona en automático acatando la orden.
En cuestión de instantes logras ver cómo aquel sendero se fractura y colapsa ante tus ojos, llevándose consigo a un contingente de personas que caminaba metros delante de ti. Quedas en shock por unos instantes, para después llevarte las manos al rostro y proferir un grito desgarrador que hace eco en los cuatro puntos cardinales.
Logras recuperar la cordura y miras a tus espaldas, los sujetos que seguían tus pasos se han esfumado.
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Microrrelatos y Poesía
Random«Las palabras son el lenguaje del alma» Una cita muy bella que seguro todos hemos escuchado. Hoy vuelvo a mis orígenes en donde escribía cuentos cortos que narraban increíbles historias en tan sólo algunos párrafos. Drama, suspenso, misterio, roman...