Era de tarde y el sol comenzaba a ocultarse. Me dirigía a casa tras un arduo día de trabajo, por alguna razón las rutas del transporte público habían parado aquel día, tal vez alguna huelga o qué sé yo.
Caminaba con cierta tranquilidad hasta que sentí que una gota de agua cayó en mi rostro, el miedo me invadió de inmediato. Ese temor inexplicable por la lluvia comenzó a apoderarse de mí, en segundos vi como caían gotas de mayor tamaño sobre el pavimento y no dudé en echarme a correr.
Aterrado me metí en el primer establecimiento que encontré abierto. Mi corazón palpitaba a varias revoluciones por segundo, pero al saberme a salvo pude mantener la cordura. Noté que sólo había un par de mesas disponibles y eran justo las del fondo, eso era bueno, en definitiva no quería estar junto a las ventanas escuchando el agua golpear los cristales, eso me pondría aún peor.
Me dirigí a tomar asiento y llamé al mesero pidiendo un té de tila para calmar mis nervios. De pronto otro de mis miedos se hizo presente, un hombre barbudo se dirigió a ocupar la otra mesa, una encrucijada para mí.
¡Barbas!
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Microrrelatos y Poesía
Random«Las palabras son el lenguaje del alma» Una cita muy bella que seguro todos hemos escuchado. Hoy vuelvo a mis orígenes en donde escribía cuentos cortos que narraban increíbles historias en tan sólo algunos párrafos. Drama, suspenso, misterio, roman...