Capítulo 3

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Dos semanas después de mi accidente me encontraba como nuevo, no había secuelas, nada fuera de lo común o por lo cual alarmarse, excepto que el rostro del doctor seguía rondando mi mente.
Todo el tiempo que estuve en el hospital, él había sido tan amable y atento conmigo. Quería volver a verlo, pero ¿cómo?
Mi alarma sonó, era hora de ir a clase; estoy en el tercer año de la carrera de medicina, no quiero llegar tarde, hoy tendremos una Master Class.
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Andrés y Paula, mis mejores amigos, me habían reservado un sitio y mientras esperábamos, charlamos sobre lo que haríamos el fin de semana, hace tiempo que queríamos ir escalar y acampar, así que quedamos en hacerlo el sábado por la tarde.
- Buen día estudiantes, como es de su conocimiento el dia de hoy tendremos una clase magistral de Neurologia así que me complace presentar a nuestro ponente de hoy, el Doctor Miguel Padilla.
Cuando escuché su nombre levanté la vista y lo busqué entre la multitud hasta que lo encontré, sentí mariposas en el estomago, mi corazón se aceleró, ¡era él! ¿Acaso estaba soñando? De pronto el me miró y también pareció sorprenderse, me sonrió y saludó desde lejos.
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Mientras transcurría la ponencia no podía dejar de admirarlo, estaba realmente feliz de que él estuviese aquí y aún más, que sea mi maestro el día de hoy.
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Cuando la clase culminó decidí acercarme a él, estaba realmente nervioso pero tenía que hacerlo.
- ¡Hola! Estoy muy emocionado de verte aquí hoy, de verdad estuviste maravilloso, bueno, todo estuvo realmente impecable.
Él sonreía mientras me escuchaba, su sonrisa era mágica en verdad.
- Hey! Juanito, te seré sincero también me emocioné al verte aquí, no sabía que estudiabas medicina, me da mucho gusto que tengamos algo tan apasionante en común.
De pronto el director de la facultad se le acercó para hacerle una invitación, estaba por retirarme cuando me dijo
- ¿Qué harás al rato?, si tienes tiempo ¿quieres ir por un café?
Me quedé pasmado, un café con el hombre en el que no dejo de pensar, la respuesta era obvia
- Sí! Claro, hoy termino mi última clase a las 2 p.m.
- Perfecto, entonces te veo a esa hora en la cafetería del centro ¿te parece?
- Sí, me encanta la idea - le dije mientras le sonreía
- Hasta la tarde entonces - me dijo y luego se despidió
¿Esto es real? No puedo creer que después de pensar en tantas maneras de volver a verlo, el día de hoy por fin suceda de manera tan espontánea. Estoy emocionado y tal vez también ilusionado, ya quiero verlo.

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