⋆┈┈⊰✩ Por siempre Parte I ✩⊱┈┈⋆

444 78 28
                                    

—Hey, —Adrien movió su hombro después de cierto silencio. —¿De verdad estás dormida?

—Aun no, —Marinette musitó, acurrucando su mejilla en el brazo de Adrien.

—¿Entonces por qué estás tan callada? Pensé que te volvías habladora cuando estabas ebria.

—Estoy pensando en por qué es que aún no lo estamos haciendo. —Resopló.

—Porque estás muy ebria y quizá te duermas a mitad de todo. No quiero coger un cuerpo inconsciente. No es mi fetiche, gracias.

—¿Pero es tu fetiche hacerlo en el parque?

—Quizá.

—¿Quizá? Aunque... Pensé que el sexo en público era una de tus fantasías.

Adrien dejó salir un sonido afirmativo.

—No dije que no lo fuera.

—No trates de actuar inocente. —Marinette ladeó la cabeza para verlo a los ojos. —Recuerdo cuán... Vigoroso fuiste cuando me tomaste por primera vez en tu aula. No me digas que lo olvidaste.

—Cómo podría... —Adrien respondió.

Sí, cómo podría olvidar la vista de Marinette inclinada sobre la mesa de Adrien, con la mejilla estampada contra la fría superficie de madera mientras sus dos manos estaban hacia atrás, separando sus nalgas, exhibiendo sus entradas para Adrien.

Flashback

—Tómeme, Profe Agreste... —Marinette dijo en un suave susurro, y Adrien nunca había estado más excitado en toda su vida.

Fin del flashback

—Menuda pequeña guarra... —Adrien dijo, tratando de dejar de pensar esos recuerdos porque no quería tener una erección a mitad del parque – sin forma de aliviarlo.

Marinette solo rió.

—Pero no te quejaste.

—¿Cómo podría cuando básicamente estabas en bandeja para mí? —protestó. —No fuiste justa.

—Si hubiera jugado justamente, ¿cómo podría haberte conseguido?

—¿Huh?

—Ya sabes, para hacer que me tomaras. —Marinette respondió con voz suave, moviendo ligeramente la cabeza y mirando desenfadadamente, lo cual indicaba que el alcohol estaba empezando a entrar en su sistema – estaba muy ebria y lista para dormirse en cualquier momento.

—¿Estabas tratando de hacer que te tomara? —Adrien preguntó con cuidado, estabilizándola para que no se cayera.

—Claro. Todos siempre decían lo bueno que eras en la cama. Quería probar, ¿sabes?

Adrien suspiró. «Claro. Marinette solo estaba interesada en experimentar.»

—Ni lo menciones, siempre estuve interesada en ti desde que te vi en orientación. Había algo en tu mirada, ¿sabes? Me hizo temblar un poco, pero entonces cuando por fin hablamos solo me dijiste cosas feas, así que supuse que me odiabas... —Marinette estaba diciendo todo esto con una sonrisa torpe en su rostro, las mejillas sonrojadas y el cuerpo como gelatina en el agarre de Adrien. Quizá ni siquiera se había dado cuenta que estaba confesándose ahora mismo, pero...

«¿Qué? ¿Marinette había estado interesada en él desde la primera vez que se vieron en orientación? »

—Pensé que también me odiabas... —Adrien musitó.

—¡Porque fuiste malo conmigo primero! —La menor se quejó, haciendo un infantil puchero. —No iba a quedarme sin responder, ¿sabes? Además, fue divertido fastidiarte. Siempre te enojabas cuando hablábamos, era divertido. Aunque también algo triste. Como, huh, Adrien de verdad me odia mucho...

Adrien sintió que su corazón se apretaba. Era cierto que desde el primer momento que se vieron Adrien no había sido nada más que rudo con ella. Porque así era como sus padres le habían educado – que todos en la familia Dupain-Cheng eran mentirosos, bastardos tramposos que no se detenían ante nada para destruir la compañía de la familia de Adrien.

Por ello, pensó que Marinette Dupain-Cheng – la heredera de la compañía Dupain-Cheng – era igual.

—Entonces aquel día en el pasillo... ¿me provocaste adrede?

Marinette asintió.

—Estaba caminando después de clases porque no quería ir a casa, ya sabes... Mis padres. Entonces te escuché gritar al teléfono y pensé, ah, a él le pasa lo mismo que a mí. Tenemos más en común de lo que había pensado. Así que te provoqué. Para ser honesta, estaba sintiéndome enojada todo el día debido a mi padre, así que fui más descarada de lo usual. Ni siquiera estaba segura de lo que estaba tratando de hacer. Solo había querido jugar un poco contigo. Pero entonces me besaste.

—Sí, te besé...

—Antes de saberlo, estábamos haciéndolo. Y seguimos haciéndolo. Y llegamos a este punto~

—No sabía de esto...

—¡Porque se supone que nadie lo debe saber! —Marinette exclamó antes de acercarse de súbito, cubriendo su boca misteriosamente. —Hey, amigo, ¿puedo contarte un secreto?

—¿Sí? —Adrien dijo mientras Marinette rozaba sus labios contra el lóbulo de su oreja.

—Creo que me gusta Adrien Agreste desde la primera vez que lo vi en orientación, ¡pero shh! No se lo digas, ¿ok?

La súbita ola de calidez explotando en el pecho de Adrien a pesar de la fría noche hizo que su corazón latiera como loco, y sus labios temblaron cuando habló.

—Sí, no te preocupes. Será un secreto entre los dos. Lo prometo.

—Aww, gracias, amigo. ¡Eres el mejor! —Marinette gritó, lanzándose contra Adrien y abrazándolo emocionada. —Sabes, desearía que Adrien fuera tan amable conmigo como tú...— musitó mientras su cabeza descansaba en el hombro del rubio, presionando su mejilla íntimamente.

—Tal vez tu sueño se haga realidad cuando despiertes... —Adrien murmuró mientras acariciaba la espalda de la chica, subiendo y bajando su mano mientras sentía a Marinette durmiéndose. —Dulces sueños, princesita.

—Mmm... —Marinette hizo un pequeño sonido, acurrucándose cerca antes de cerrar los ojos.

Eran cinco para las 3 am en un desolado parque un martes por la noche, pero Adrien no pensaba olvidar este momento por el resto de su vida.

∞ Infinite (Adrinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora