Cómo todos los días comienzo mi jornada laboral en consultorio externo, luego a media mañana voy alternando con internado cuando me solicitan que vaya. Me gusta lo que hago, ha valido la pena cada sacrificio que hice para recibirme.
No fue fácil terminar mi carrera porque tuve que trabajar para pagar los gastos que genera estudiar una carrera universitaria, lo bueno es que hace un par de años que me dedico a mi profesión y soy muy feliz.-¿Falta mucho? -Su vocesita me saca de mis pensamientos.
-Si sigues así muy pronto te daré el alta. -Le digo a Dani, es un niño que sufrió un accidente grave, y después de dos cirugías debió hacer un extenso tratamiento de kinesio conmigo.
-Eso me anima mucho más. -Sonrie y eso me alegra ya que no lo hace muy seguido, es que en el accidente perdió parte de su familia.
-Ya terminamos por hoy, nos vemos la próxima semana. -Lo ayudé a incorporarse de la camilla, luego lo acompañé a la sala de espera. -Dani no te olvides de hacer los ejercicios que te enseñé. -Luego de darle otras indicaciones regresé a mi consultorio, para limpiar y ordenar todo para mi próximo paciente.
Ya tengo todo casi listo cuando tocan la puerta.
-Adelante. -Entra Valeria, la doctora jefa del área de internado.
-Buenos días Mariana. -Entra y se sienta frente a mi.
-Buenos días, tu dirás.
-Necesito que atiendas al paciente de la habitación 325 en clínica médica hombre. -No es de mi agrado pero es mi trabajo. -No veo la hora que se lo lleven.
-Lo tendremos por mucho tiempo. -Digo porque recién comienza sus rehabilitaciones -Enseguida voy. -Salimos juntas, ella se va a su consultorio y yo me acerco a la secretaria para informarle dónde voy a estar.
-Clarita voy a internado, los próximos pacientes los derivas a Fer hasta que yo regrese.
-Así lo haré. Suerte.
Es un suplicio venir atender a este hombre porque según los comentarios de pasillo es un delincuente que ha intentado escapar de la cárcel, dicen que es un narco muy peligro, y por ese motivo, hay dos policías en la puerta y otro adentro de la habitación, nos registra cada vez que entramos y que salimos, de este modo nos hacen perder el tiempo sobre todo en la salida porque se supone que el policía que está adentro está vigilando.
-Buenas tardes, vengo...
-Ya sabemos a qué vienes. -Responde el más jóven de los dos.
-Tan simpático como siempre. -Una vez que me registró, ingresé.-Buenas tardes. -Saludé sonriendo como hago con todos mis pacientes.
-Al fin una cara sonriente. -Dice De la Fuente al abrir los ojos.
-¿Cómo se encuentra hoy? -Samuel De La Fuente es un hombre de 40 años, a pesar de llevar meses en la cárcel y un mes internado, tiene un buen físico, es un hombre muy guapo, rubio y tiene ojos color café, la verdad que podría dedicarse a la actuación, pero cada quien elige su vida.
Según me comentaron las enfermeras intentó escapar, le dispararon a matar, de hecho estuvo al borde de la muerte, es de lo que habla el periodismo. Yo lo que menos hago es ver o leer las noticias, en mis pocos tiempo libre leo o veo series.
Cuando se recuperó le hicieron estudios que arrojaron que la pierna derecha estaba muy complicada, ya que estuvo a punto de perderla.
-Bien, no perdamos más el tiempo. -Comencé a trabajar de inmediato. Empecé con los masajes en la pierna para estimular los músculos.
-¿Dime para qué te preocupas por una lacra como esa? -Dice el policía que está sentado cerca de la ventana.
-Para mi, en éste lugar todos, son pacientes, no me interesa lo que hacen de su vida. Además tengo entendido que la justicia hizo su trabajo y el señor De La Fuente está preso.
-No deja de ser una lacra social. -No respondí, de esa manera di por terminada la conversación, no nos podemos olvidar que este hombre es una persona peligrosa y no quiero tener problema con la mafia ni con la justicia.
Una vez que terminé con el trabajo, dije.
-Ya terminamos por hoy, mañana...
-No habrá mañana, porque ya está tramitado el alta de este. -Me informa el policía.
-No puede cortar el tratamiento, solo llevamos tres secciones y...
-Ya estuvimos mucho tiempo aquí.
-Pero...
-Ya es un hecho y por favor se retira de la habitación.
Salí enojada, odio no cumplir con mi trabajo, porque si no termino las rehabilitaciones puede que las complicaciones sean irreversible.
Llegué a mi consultorio hablé con el director por teléfono y lo que me dijo fue.
-Mariana la orden viene del director de la penitenciaría, ya no podemos hacer nada. -Con esa respuesta no me quedó de otra que seguir trabando hasta terminar mi turno, a la hora de la salida, tomé mi bolso y fuí hasta el estacionamiento, mientras llamo a mi mamá para saber cómo estuvo su día, mis padres se fueron a vivir a Chile cuando nació mi primer sobrino para disfrutar de su nieto, yo los visito siempre que puedo. Al subir a mi auto cortó la llamada, enciendo el auto y salgo al insoportable tráfico de los viernes.
Llego a mi casa, y voy directamente a la ducha, necesito relajarme. Media hora después salgo, voy a la cocina, me preparo un sándwich y me acuesto.🌹🌹🌹🌹🌹🌹🌹🌹
C
omo todos los sábados, me levanto preparo el desayuno, mientras tomo mate, limpio mi casa, pongo el lavarropa, y un sin fin de cosas que no hago durante los días laborales. Al mediodía voy al supermercado para hacer la compra de la semana. Al llegar ordené todo, tendí la ropa y me puse a cocinar varios menús para la semana.
Pasa el fin de semana, sin planes especiales, luego de tener la ropa limpia, planchada y guardada, me puse a ver series en la comodidad de mi sofá.
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El día lunes me toca trabajar de mañana, así que madrugo para que me dé tiempo para desayunar tranquila, odio comer a las apuradas. Al llegar al hospital me encuentro que tengo muchos pacientes, así que sin perder el tiempo me puse a trabajar.
Cerca de las tres de la tarde, llegué a mi casa, estoy muy cansada así que mientras se calienta la comida en el microondas, me cambié de ropa, comí en el desayunador y cuando terminé, llevo las cosas a la mesada, estoy ordenando la cocina cuando suena el timbre, miro por la mirilla es una mujer de unos 35 años, rubia, muy linda y elegante, tiene una carpeta, abro la puerta.
-Hola, ¿qué necesitas? -La mujer con un movimiento rápido me rocía un líquido en la cara, me cae en los ojos arde. -¿Pero qué haces? -Por instinto intento cerrar la puerta pero ella coloca el pie impidiendo que la cierre, entro en pánico cuando siento que estoy perdiendo la fuerza, caigo al piso, no puedo mantener los ojos abiertos, a pesar de que intento no cerrarlos no lo logro y caigo en un sueño profundo.
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La kinesiología de la Mafia
Short StoryMariana es una profesional muy dedicada, vive sola y tiene una vida común, pero un paciente cambiará su vida. Será secuestrada por la mafia y aprenderá una gran lesión que la lealtad puede venir de la persona que menos se imagina.