Capítulo XXXVI

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Disclaimer: los personajes de esta historia pertenecen a Masashi Kishimoto. Obra inspirada a fin de entretener y sin fines lucrativos.

"....." pensamientos
-.....- diálogos
●●●● cambio de escena

Luego de que Naruto despertara de su letargo, y que Sakura recuperara parte de su chakra, Shikamaru se encargó de buscar una forma de penetrar la barrera por la cual Hinata había desaparecido. Con la ayuda de Sai, atacó con algunos explosivos y después procedió a memorizar la posición de manos que estos hacían para abrir una entrada. Con eso en mente, desviaron a los atacantes, buscaron a sus amigos e idearon un plan para rescatar a ambas Hyūgas.

Después de poseer con su jutsu de sombras a una de las marionetas, abrió una entrada en la barrera a la par que Naruto les cubría las espaldas. La pareja fue la primera en entrar, asegurándose de reducir los enemigos para que ambos pelinegros pudieran seguirle el paso. Cuando estuvieron lo suficientemente cerca del castillo, el líder del equipo puso en marcha la segunda fase de su plan.

Naruto, Sakura. Ustedes busquen a Hinata — ordenó, haciéndose oír sobre el ruido que los envolvía — Sai y yo nos encargaremos aquí. Después buscaremos a Hanabi 

¡Muy bien! —

La pareja salió disparada en una de las aves de tinta disponibles, el rubio activó el modo sabio para poder dar con la peliazul, cosa que no tardó en lograr. Indicando a su esposa por donde ir, aterrizaron de forma segura e irrumpieron en el castillo. Corrieron por los pasillos sin bajar la guardia, hasta dar con la joven que se encontraba desmayada en brazos de una marioneta.

¡Oi, sueltala ahora 'ttebayo! — se abalanzó contra ella, pero Toneri se interpuso en su camino mientras este escapaba.

Empezaron una pelea, midiendo sus capacidades hasta el punto de dañar la estructura. Tan concentrados estaban que no repararon en la mujer de pelo rosa que estaba lista para aprovechar una oportunidad, noquear al enemigo y recuperar a su amiga.

¡Shannarooo! — asestó un golpe en la espalda del peligris, con tal impacto que lo envió dos pisos más abajo, lo suficientemente mal herido para darles tiempo de escapar.

Esa es mi chica, dattebayo — palmeó el trasero de su esposa de forma coqueta, haciendo que esta se ruborizara — Tu ve por Hinata, yo vigilaré que no pueda seguirnos —

Baka... — fue la única respuesta que le dió debido a la vergüenza que sentía.

Corrió tras la marioneta y la alcanzó en pocos minutos, chocó su puño contra el piso y esta cayó unos metros más adelante, lo que ocasionó que Hinata volara por los aires y se estampara en una de las paredes. Con rapidez, Sakura destruyó al enemigo y tomó en brazos a su amiga.

Hinata — palmeó sus mejillas tratando de hacerla despertar — ¡Hinata! — pero no hubo ninguna reacción.

Revisó sus constantes vitales para asegurarse de que todo estaba bien, y cuando confirmó que aún respiraba, se apresuró para llegar hasta su esposo quien subía por el agujero que había caído el peligris.

¡Naruto! — colocó a la chica en los brazos del rubio con premura — No responde, le he llamado y nada — echó un vistazo a los escombros y no dudó en preguntar — ¿Acaso está muerto? —

No, pero se retuerce de dolor. Es una oportunidad para largarnos de aquí — 

Miró a la mujer en sus brazos, y por su condición parecía inconsciente. Recordó entonces que lo mismo le había pasado cuando intentó ir tras ella aquella noche, Toneri había introducido una esfera dentro de ella obligándola a dormir.

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