Capítulo VIII

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Disclaimer: los personajes de esta historia pertenecen a Masashi Kishimoto. Obra inspirada a fin de entretener y sin fines lucrativos.

"....." pensamientos
-.....- diálogos
●●●● cambio de escena

Los demás días transcurrieron sin ninguna novedad, solo se había dedicado a entrenar, pasar tiempo con su hermana y tratar que su alocado amigo la perdonara. Y es que, después de pasar el resto de la tarde compartiendo con Shino, había tratado de hablar con Kiba pero este se negaba a tener contacto con ella. Eso lo desanimaba en sobremanera, no había nada que hacer al respecto, solo esperar a que Kiba quisiera verla para arreglar las cosas.

Esperaba tranquilamente la llegada de quien sería su Sensei durante su entrenamiento, mientras miraba fijamente su reflejo en el agua que corría pasando debajo del puente donde se encontraba. Estaba nerviosa, esperaba que sus constantes esfuerzos por mejorar sean suficientes para pasar las pruebas que se avecinaban. Estaba ataviada con su ropa de entrenamiento de siempre, una ancha sudadera lila con detalles blancos y unos pantalones azules, aunque estaban en pleno verano el atuendo no le molestaba, era una costumbre de los Hyūgas ir en esas fachas. Todos sus atuendos, o la gran mayoría de ellos, tenían grandes mangas aunque ella prefería usarlos dos tallas más grandes para esconder su cuerpo de la vista de los demás.

Media hora más tarde veía como Hatake Kakashi caminaba en su dirección con un libro extraño en una mano y la otra dentro de uno de los bolsillos de su pantalón, no le extrañó verle pero entonces algo en su mente le indicó que quizás él sería su nuevo instructor.

— Hinata, buenos días — saludó a la chica para seguir de largo y cruzar al otro lado del río.

— B-Buen día Kakashi-sensei — le siguió con la mirada sin saber muy bien que hacer, no tenía idea de si él sería con quien debía entrenar.

— ¿Vas a venir o te quedarás ahí parada todo el día? — soltó de manera natural sin detener su andar.

Hinata empezó a seguirlo sin atreverse a decir una sola palabra. No se esperaba ese trato de parte del Sensei del equipo 7, por lo que había escuchado de Sakura y Naruto, Kakashi podía hasta llegar a ser divertido, pero ahora estaba empezando a dudar un poco al respecto. Habían tenido una que otra interacción, pero jamás nada parecido a esto.

Kakashi por su parte estaba un tanto disgustado, Hiashi había convocado una reunión con Tsunade cuatro días antes pidiendo, no, exigiendo que los métodos que se usaran con su hija fueran rigurosos. Se le ordenó ser lo más estricto posible con la chica, hasta cruel si era necesario, según su padre era para ayudarla a forjar carácter, pero a él le parecían puras patrañas.

Llegaron a la zona de entrenamiento del equipo 7, todo el camino fue silencioso cada quien inmerso en su propio mundo, Kakashi atento a su Icha-Icha y Hinata nerviosa por el futuro entrenamiento.

Bien Hinata, lo primero que haremos es medir tus habilidades, así sabremos de donde partir mencionó el peliplata mientras se colocaba en medio del campo de entrenamiento, sin molestarse en guardar su libro.

— K-Kakashi-sensei — musitó apenas audiblemente, consiguiendo que el hombre frente a ella alzara la mirada en su dirección — ¿No guardará su libro? N-No querrá que nada le pase supongo... — esa inocente pregunta le causó gracia al mayor.

— No te preocupes, no será necesario dejar de leer mientras entreno contigo — dijo mientras le dedicaba una mirada de suficiencia — Soy capaz de leer y enfrentarte sin ningún problema — y sin más volvió su vista a su libro.

La estaba subestimando, para él suponía tan poca cosa el asunto que ni siquiera se iba a dignar a dedicarle algo de atención mientras se enfrentaban. Coraje recorrió su cuerpo al instante, olvidó su nerviosismo y tomó posición de ataque, activó su Byakugan y se precipitó hacia su oponente, no dejaría que se burlara de ella de esa forma tan descarada.

Kakashi esquivó cada intento que hacía por atacarlo, aún no despegaba la vista del pequeño libro entre sus manos. Cuando pensó que tendría oportunidad de golpearlo a la altura del pecho, con su palma abierta y lista para cerrar algunos puntos de chakra, el peliplata dio media vuelta y asestó una patada en su espalda baja que la hizo caer al suelo y rodar.

— ¿Eso es todo lo que un Hyūga puede dar? — preguntó de manera aburrida, sin dirigirle la mirada.

Se colocó sobre sus pies otra vez, tomó varios Kunais y los lanzó en su dirección mientras corría hacia él, con la intención de darle aunque sea un golpe. Sabía bien con quien peleaba, era el gran copy-nin después de todo, pero si no se rindió frente a Pain y Madara a sabiendas de que no ganaría, no lo iba a hacer ahora.

Pero otra vez el peliplata esquivó todos sus intentos por atacarlo. Se sentía frustrada, la pelea se estaba prolongando y él, al contrario que ella no se veía cansado, más bien se le notaba desinteresado de todo.

— ¡Jūho Sōshiken! — se escuchó de pronto, haciendo que Kakashi le dedicara a la joven una breve mirada.

"Se lo está tomando enserio" pensó con diversión, para volver su atención al libro.

Esa fue la gota que derramó el vaso para la chica, chakra envolvió sus brazos hasta la altura del codo con apariencia de dos leones bien definidos. Volvió a correr en dirección a Kakashi, trató y trató de golpearlo pero le era imposible. El peliplata cansado de tanto esquivar, guardó su libro y procedió a encarar a la chica. Agarró sus brazos con cuidado y facilidad, para después golpearla el estómago tan fuerte que la estampó contra un árbol.

— Basta de juegos — la chica abrió los ojos sorprendida, ¿para él eso había sido un juego? ¿se podría ser más fanfarrón? — Si no fuera por tu Byakugan no serias nada, y aún teniéndolo no pudiste hacer que me interesara un poco en el enfrentamiento — comentó como si del clima se tratara.

A la chica se le cristalizaron los ojos, había trabajado demasiado para que en un momento todos sus esfuerzos se fueran por el caño. Quería llorar, gritar y quejarse, hacer una rabieta por primera vez en su vida. Se sentía impotente ante él.

— No lo empeores llorando frente a mí — le advirtió dando media vuelta sobre sus talones con la intención de marcharse.

— ¿D-Dónde cree que va? — le preguntó todo lo digna que pudo, debía respetarla como Shinobi, no podía irse en medio de un entrenamiento — Aún no terminamos

— Por mi parte es todo por hoy — dijo a la par que sacaba su libro y volvía a leer — Te espero aquí mañana a la misma hora, espero que hayas mejorado lo suficiente para pasar al siguiente nivel — sin más desapareció de su vista.

Se permitió descansar todo su peso sobre aquel tronco, se sentía humillada en demasía, y lloró amargamente. Que diferente eran los enfrentamientos con su Niisan o con Kō, ambos eran más comprensivos y respetuosos con sus oponentes.

"Los enemigos no te van a tener consideración Hinata" pensó para sí misma, debía demostrar que sí merecía ser reconocida.


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MARATÓN 1/?

sᴜᴍɪʀᴇ | completaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora