𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐𝟏: 𝐂𝐚𝐛𝐞𝐥𝐥𝐨 𝐫𝐨𝐣𝐨 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐞𝐥 𝐟𝐮𝐞𝐠𝐨【𝟗】

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Cuando Pei Xiang se fue, Huang BeiYue fue a la habitación trasera, descubrió a Dong Ling tratando de incorporarse, rápidamente la detuvo.

—No te muevas.

—Señorita, escuché la voz de Pei Xiang ¿vino a intimidarte de nuevo?

A pesar de estar dormida Dong Ling estaba nerviosa, cuando escucho vagamente la voz de Pei Xiang se despertó de inmediato, instintivamente intento salir a proteger a su ama.

—No te preocupes, de ahora en adelante ya nadie me intimidará. ¿Tienes hambre? Pei Xiang trajo comida.

Consolando a su leal sirvienta tomó su pulso. Su herida se había sanado, pero estaba débil debido a que tenía hambre.

—¿Comida?— Los ojos de Dong Ling se agrandaron como si hubiera escuchado algo increíble, y gritó después de salir de su estado de aturdimiento —¡¿Pei Xiang trajo comida?! ¿Se la comió? ¿Señorita como pudo comérsela?

Dong Ling se sentía tan ansiosa que casi rompió en llanto, Pei Xiang jamás había sido amable con ellas, cuando iba a intimidar a Huang BeiYue aprovechaba para molestarla a ella también.

Una vez fingió generosidad y le dio un pedazo de carne a la señorita, pero después de comerla empezó a vomitar sin parar.

¿Qué clase de trampa había preparado con la comida esta vez ?

Huang BeiYue sonrió levemente, la preocupación que sentía Dong Ling no era falsa, era genuina. Esto la conmovió mucho.

Sabía que no era la mejor persona del mundo y tampoco muchos eran amables con ella, pero quienes la trataran bien, los apreciaría y les pagaría con el doble de agradecimiento.

—Dong Ling, escúchame, ya nadie nos intimidará en el futuro. He crecido y sé como protegerme.

—Señorita...— Los ojos de Dong Ling brillaron por las lágrimas. De repente se arrodilló y sollozando se recostó en el regazo de BeiYue.

¿Estaba soñando? En sus sueños la señorita le había dicho eso muchas veces, pero al despertar Huang BeiYue seguía siendo la misma.

Huang BeiYue negó con la cabeza imponente, le dio unas palmaditas en el hombro y dijo:

—Todo esta bien, ¿por que lloras? Mira, tus heridas han sanado.

Dong Ling se sobresaltó y se dio cuenta que no sentía dolor en lo absoluto,

¿Sus heridas no eran evidentemente graves? El látigo de la concubina Qin nunca había retenido su fuerza ¿Cómo era posible que no hubiera dejado marcas?

Apartó sus mangas y abrió su ropa revisando su cuerpo, descubrió que no solo sus heridas habían sanado, además su piel se había vuelto suave y tersa como la de un bebé.

La cara de Dong Ling se sonrojó por la emoción.

—Señorita ¿Qué sucedió?

—Ahora soy una invocadora—Huang BeiYue se recostó sobre la almohada mientras hablaba lentamente.

Los ojos de Dong Ling se abrieron y sus pupilas se agrandaron. Un invocador...

¡Era un sueño, debía estar soñando!

¿Cómo podía una niña que ni siquiera era capaz de condensar su energía vital, convertirse en invocadora?

Huang BeiYue sabía que tenía dudas, pero si le decía Dong Ling que a pesar de no poder condesar energía era capaz de someter a una bestia divina, sabía que aquella chica ingenua no le creería.

—Tal vez por ser joven no había logrado entender el arte de la invocación, pero anoche comencé a tener una idea de como funcionaban las técnicas de invocación, por fin las aprendí.

Dong Ling la miró para después saltar.

—¡Señorita, una vez que te conviertes en una invocadora, incluso si solo es de una estrella, ya nadie te intimidará!

¿Un invocador? Era un trabajo sagrado, en el continente Karta era el sueño de innumerables personas ser un invocador, pero los estrictos linajes y talento limitaban el acceso a esta profesión.

Siempre que alguien tenga talento como invocador, recibirá respeto a dondequiera que vaya.

Fénix contra el mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora