𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟑𝟗: 𝐏𝐫𝐢𝐬𝐢𝐨𝐧𝐞𝐫𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐧𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞𝐥 𝐧𝐨𝐫𝐭𝐞【𝟗】

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Han pasado diez años y el hijo menor había crecido.

Desafortunadamente, aún vivía como rehén político en el país enemigo y el país de BeiYao parece no tener ninguna intención de recuperar al Noveno Príncipe. Naturalmente el país de NanYi tampoco tiene la intención de regresar al príncipe a BeiYao.

Desde la antigüedad, los emperadores han tenido muchos herederos, en el continente de Karta, aquellos que fueron enviados al país enemigo para ser rehén político, por lo general no tenían la posibilidad de regresar a su país, eran torturados hasta la muerte por el país enemigo.

¿Qué tipo de final tendrá el Príncipe Yi?

El joven llamado Yuwen Di se dio la vuelta, levantó la cortina y ayudó con cuidado al príncipe Yi a bajar.

El dobladillo blanco como la nieve fue lo primero en llamar su atención, seguido por el largo cabello negro como el jade, inclinó la cabeza y salió del carruaje, el perfil perfecto de su rostro podía hacer temblar la respiración de la gente.

La figura que se veía un poco delgada, salió del carruaje, se desató la capa de su cuerpo levantó la mano y en voz baja dijo:

 —Revisa— La brisa sopló en su rostro, como la luna en las flores de primavera no podía perder su temperamento elegante.

Como estaba de espaldas no podía ver cómo era el hombre, entrecerró los ojos y miró con frialdad a la figura delgada con un temperamento gentil, como una brisa, como una luna brillante, como un inmortal que venía del cielo.

El guardia se limitó a mirar simbólicamente su brazalete y luego indicó que lo dejaran ir.

—Muchas gracias—Actuando como un caballero le agradeció y entró lentamente con la ayuda de Yuwen Di.

La puerta se cerró y el exterior de la mansión volvió a estar en calma, ​​los soldados que patrullaban volvieron a caminar meticulosamente.

No había nada que ver, Huang BeiYue solo podía darse la vuelta e irse. Aunque sentía un poco de curiosidad por la persona que tocó el guqin anoche, dado que el trato que el país de NanYi le daba a su rehén político no era muy bueno, ella tampoco quería darle problemas.

El dúo de guqin y flauta de anoche, nunca olvidará, detrás del sonido brumoso y suave del guqin se esconde un corazón arrogante.

Si hay una oportunidad, ella espera tocar con él nuevamente.

En la Mansión de los rehenes donde la puerta ya estaba cerrada, Feng LianYi caminó unos pasos hacia adelante, luego se detuvo de repente, se dio la vuelta y miró hacia la puerta cerrada.

Los ojos que eran gentiles e introvertidos en ese momento se volvieron fríos con cierta malicia en ellos.

—Su Alteza Real, ¿cuál es el problema?— Yuwen Di no actuó tan impulsivo e irritable como lo fue frente al guardia de afuera.

—No es nada— Feng LianYi negó con la cabeza, pero las comisuras de su boca se elevaron ligeramente revelando una suave sonrisa.

Yuwen Di se sobresaltó, Su Alteza Real nunca sonreía ni reía cuando había gente, por lo que su suave risa le hizo sentir un pequeño escalofrío.

Feng LianYi apartó su mirada y continuó caminando.

Yuwen Di hablo: 

—Habrá un banquete en el Palacio mañana, y la invitación se entregará como de costumbre. ¿Su Alteza Real asistirá?

Aunque es un rehén del país de NanYi, todavía se le invitaba a banquetes grandes y pequeños, ya que varios dignatarios del país de NanYi admiran mucho el carácter y el aprendizaje del príncipe Yi, así que durante los diez años de ser un rehén, el príncipe también ha conocido a muchas personas.

El príncipe iría ocasionalmente a algún banquete en el palacio o aristocrático.

Es solo que su Alteza Real había tenido un resfriado en los últimos dos días, y se siente incómodo, por lo que probablemente no irá.

—Escuché que ha aparecido en NanYi un invocador de nueve estrellas con una fuerza comparable a la del príncipe ZhanYe, y que su bestia convocada es un Fénix de hielo, una de las "cinco bestias espirituales". Me gustaría ver a ese maestro.

Fénix contra el mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora