Capitulo 4

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El sol comenzaba a ponerse cuando finalmente regresamos a puerto, un puerto teñido de rojo y dorado por los últimos rayos del sol. Las chicas habían comenzado a desembarcar del barco y trasladar sus propios barcos de regreso a los muelles asignados. U-556 y Tirpitz fueron las últimas en irse, cada una deteniéndose para despedirse de Bismarck a su manera única, una entusiasta y la otra torpe y vacilante. Cuando Bismarck trajo el enorme acorazado al muelle, notamos algo extraño en el puente, y salí al ala de estribor para tener una mejor vista.

Efectivamente, una multitud se había reunido en el muelle, una colección de kansen de casi todas las flotas. Agarré un par de binoculares y escudriñé a la multitud. La mayoría eran destructores, algunos cruceros, principalmente de Eagle Union (y sorprendentemente Sheffield) y los acorazados Cesare y Littorio.

–"Parece que somos populares"–, anuncié con una sonrisa irónica mientras retrocedía hacia el puente.

Bismarck suspiró suavemente y estiró el cuello para intentar ver mejor desde su posición ventajosa. –"¿Hay una multitud?"– ella preguntó: –"¿Por qué hay una multitud?"–

Me encogí de hombros. –"Probablemente porque sacaste una flota de naves de Iron Blood sin previo aviso y yo me fui contigo. Eso seguramente despertará los rumores."– Tan pronto como abrió la boca para objetar, rápidamente intervine con: –"Haré lo que pueda para aplastar esos rumores. Aún así, esto probablemente hará las rondas durante al menos un mes."–

Bismarck hizo un ruido de disgusto. –"Ninguna buena acción queda impune, supongo."–

–"Supongo que no"–, sonreí.

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Una vez que el Bismarck estuvo amarrado y la pasarela se había extendido, ella y yo abandonamos el barco, conmigo a la cabeza según un acuerdo de último segundo. Como era de esperar, en el momento en que mis pies tocaron el muelle, me invadieron tanto chicas como preguntas.

–"¿Es cierto, comandante?"–

–"¿Luchasteis solos contra toda una base de Siren?"–

–"¡Escuché que Bismarck hundió treinta acorazados sin siquiera usar sus aparejos!"–

–"¿Estabas en una misión súper secreta?"–

–"¿Crees que Bismarck es guapa?"– Si bien nunca supe quién preguntó eso último, sigo bastante convencido de que fue Aoba, en busca de una primicia para su artículo.

–"Estaré informando a todos los oficiales según la necesidad, así que por ahora, no responderé ninguna pregunta"– anuncié en voz alta, asegurándome de que toda la multitud pudiera escucharme antes de que comenzara a ahuyentarlas. –"Ahora es tarde, estamos cansados ​​y estoy seguro de que tenéis deberes que atender. Vamos, dispersaos. Eso te incluye a ti, Sheffield."–

La sirvienta real y espía me lanzó una mirada sucia antes de unirse al resto del grupo que se iba. La vi irse hasta que estuve seguro de que no iba a dar media vuelta y tratar de escuchar a escondidas nuestra conversación. Por supuesto, la Royal Navy recibiría el mismo informe sobre este viaje que todos los demás grupos, pero se haría a través de los canales y el papeleo adecuados. Sin mencionar que no quería que Sheffield escuchara nada de naturaleza personal entre Bismarck y yo. Una vez que se fueron, dejé escapar un suspiro largo y cansado y me desperecé antes de mirar a Bismarck.

–"Parece que estaré despierto hasta tarde para presentar un informe inicial sobre esto para poder tenerlo listo para todas las facciones por la mañana"– suspiré. –"¿Quieres una copia?"–

Ella negó con la cabeza, mirando hacia el puerto. –"Nein . Creo que tengo bastante buena memoria y revisaré los datos de combate de la nave, así como los informes de las otras chicas que estuvieron allí. Una vez que esté compilado, por supuesto, lo compartiré con ustedes. Pero hay algo de lo que quería hablar, Herr Kommandant."–

Galletas con BismarckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora