Verdad o reto, promesa o beso ¡2! [Harco/Drarry]

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Segunda sesión

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Ronald y Blaise se encontraban solos en la Sala de Menesteres esperando a que los demás llegaran.

Estaban ambientados en un silencio cómodo, Ron recostado sobre el regazo del moreno, ambos frente a la chimenea de la sala.

Desviando ese silencio, el pelirrojo optó por preguntar algo, algo que no aguantaría más en su cabeza.

—Blaise—llamó en voz baja al aludido.

—¿Mmh?

—¿Tu serías capaz de engañarme?

Un silencio se formó después de esa pregunta, Weasley creyó que la respuesta sería afirmativa, sin embargo, no fue así.

—Jamás lo haría, ¿Por qué lo preguntas?

El menor meditó sus palabras antes de volver a hablar, no quería que el moreno pensase que desconfiaba de él, pero tampoco quería no decirle la verdad. Finalmente respondió con algo de pesar.

—Estaba pensando en lo que sucedió con la relación de Harry y Malfoy—comentaba con una pausa—ellos parecían la pareja perfecta y todo ese rollo, pero, cuando Draco se besó con ese tipo, pues su conexión cambió ¿Serías capaz de hacerme lo mismo?

—¿Acaso desconfías de mi?

—No es eso, es que como él es Slytherin—acto seguido se retrato de sus palabras, menos mal había dejado un suspenso en éstas últimas—digo, es que

Ron se levantó y se sentó en el sofá al lado de su novio, quién le miraba algo decepcionado y furioso.

—¿Piensas que porque soy de Slytherin sería capaz de serte infiel?

En ese momento entraron a la sala los demás para iniciar el juego.

Blaise se levantó del sofá y se sentó en uno de los sillones contrarios, enviándole a Ron una mirada de esto no termina aquí. Y bien que sintió la amenaza arder en su interior, ya que pensaba que la había cagado nuevamente.

Y si lo hizo.

—¿Listos para el juego niños?—soltaba Pansy de manera juguetona.

Harry se sentó al lado de su amigo pelirrojo, éste en verdad parecía como si le hubieran clavado cuatro cuchillos en el pecho.

—¿Qué pasó?—le preguntó en un susurro.

Ron a veces se preguntaba el como era que Harry a pesar de los problemas que él mismo cargaba se preocupara por los demás.

—Nada especial, no te preocupes.

Blaise rechinaba con los dientes mientras Pansy y Draco se sentaban a ambos lados del moreno.

Ginny se sentó en un sillón aparte y la única Ravenclaw que asistía a la sesión encima de ella.

Hermione solo se sentó en el suelo.

Y una vez estaban todos cómodos empezaron de nuevo.

—Vale, ¿Quién empieza?

Luna levantó la mano con muchas ganas, era de las típicas chicas seguras de sí mismas.

—Bien Luna, empieza tu.

—¡Genial!—decía al conquistar la palabra de Hermione—Blaise, ¿Verdad o reto, promesa o beso?

El moreno lo pensó, no quería nada relacionado con Ron y se lo transmitió por la mirada.

—Reto

—Te reto a que consigas ponerle a Draco una falda y que la lleve mañana al gran comedor.

—¿Cómo?—cuestionaba el rubio al meterse en el reto tan ridículo de la Ravenclaw—no pienso ponerme una puñetera falda.

Blaise río al unísono con los demás, que buena era Luna a veces.

—Trato hecho.

—¿Cómo que trato hecho?

—Me imagino a Malfoy con falda y peluca como si fuera una princesita—soltaba entre risas la Weasley menor.

—No te olvides del maquillaje y los tacones—añadía el hermano de la anterior.

Hermione se tomaba del puente de su nariz para intentar no reir, cosa imposible.

Al único al que no le hacía ni pizca de gracia junto con Draco era a Harry.

—Ya, suficiente

Los demás se fueron callando poco a poco.

Blaise se limpiaba una lágrima de la risa, sentía que no podía más por el resto de la noche si seguían así.

—Bien bien. Granger, ¿Verdad o reto promesa o beso?

—Verdad

—¿Tienes pensado casarte con Pansy en un futuro?

La castaña no contestó, sus mejillas lo hicieron por ella. Le gustaría mucho de hecho, pero no sabía si Pansy estaba preparada.

La segunda, le dio un golpe a Zabini en la cabeza, bien merecido que lo tenía.

—Si lo tengo pensado.

El silencio cómodo y miradas intensas de las personas se clavaban en ellas dos.

—Sigue Hermione—le pedía su novia no pudiendo con la vista de la gente.

—Eh, Malfoy, ¿Verdad o

—Beso—contestó antes de siquiera dejarla terminar la frase.

El rubio esperaba un beso con Harry, de verdad que lo necesitaba, todo el estrés encima era horrible.

Ahí fue cuando Potter sintió el verdadero terror, el como volver a tener a Draco para él le haría mucho peor.

Rogaba porque no dijera su nombre.

—Vale, besa a Harry.

Pero, Harry siempre tiene mala suerte.

Algo hábil el Slytherin se acercó al de gafas mientras su corazón latía rápido, mientras una sonrisa se formaba en su interior.

Sus rostros se acercaban y las respiraciones se unían.

Pocos centímetros quedaban para tocarse mientras Draco se apoyaba de los hombros de Harry al estar sentado encima de él.

—No, no puedo—lo apartó el Gryffindor de su rostro—No puedo—quitó al rubio de encima.

Tan rápido como Draco caía en el sofá Potter se levantó del sillón y se marchó por la puerta.

—¡Harry!—se escuchaba el grito de Ron por sus oídos sordos no queriendo escuchar a su mejor amigo.

Draco sin duda estaba sorprendido y decepcionado consigo mismo, si no hubiera ido a aquel lugar estarían bien.

Harry tenía miedo de besarle, solo para no acabar como antes a pesar de que entendía lo que le pasó, acabaría mal.

Acabaría roto.

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Segunda sesión