Valerie maldijo repetidas veces como era costumbre. Agradecía que no fuera posible leer mentes ya que la hubieran quemado viva si supieran la cantidad de veces que "malas palabras" inundan su mente.
Con su paso mucho mas relajado se acercó hasta el encapuchado gris. La mirada con marcas en los ojos ya se encontraba posada en Valerie, de una forma seria y con un destello de sospecha. La pelirroja cruzaba sus brazos mientras intentaba parecer lo mas normal posible con su mirada perdida en el paisaje que permitía ver la ventana mas cercana.
— ¿En donde estabas?
Valerie giró su cabeza hacia la voz grave y ronca, con un aire de total indiferencia y tranquilidad.
— ¿Para qué quieres saber?
— Saliste con mucha prisa, ¿por qué?
El monje levantó ligeramente su voz y dio un paso mas cerca de la joven, con su postura firme como la de un soldado y sus brazos cruzados detrás de su espalda. Valerie se dignó a mirarlo a los ojos, que para eso tuvo que inclinar su cabeza hacia arriba más de lo que le gustaría admitir debido por la gran diferencia de altura entre ellos dos.
— Baja tu maldito tono conmigo, solo fui al baño. ¿Acaso también debo decirte qué necesidad fui a hacer?
El monje le sostuvo la mirada por un ligero rato hasta que solo soltó un largo pero silencioso suspiro, antes de desviar sus ojos a otro punto muerto de la abadía.
— Siento un suave aroma a inefable, es casi imperceptible. —el hombre dio una media vuelta hacia el pasillo en donde había venido la fénix momentos atrás— Pero se hace mas fuerte en esa dirección.
— Quizás es solo mi aroma, yo acabo de venir de ahí.
— No. Tu aroma es diferente.
Sin previo aviso, como un sabueso en busca de su presa, el monje se encaminó por el convento dando grandes zancadas. El pulso del corazón de Valerie poco a poco comenzó a aumentar. La había sentido a Nimue y probablemente esté a punto de encontrarla para darle un fin mortal. Por lo que no lo pensó dos veces y siguió los pasos del hombre.
El andar del monje gris se detuvo ante una puerta de madera, a la cual le dio una patada para que esta se abra. Valerie, que se encontraba detrás, comenzó a rogar a los dioses para que aquella habitación este vacía. Por precaución, tomó la pequeña empuñadura de una de las dagas que llevaba en su cinturón, lista para hacer un ataque sorpresa si era necesario.
Sintió una ola de calor y alivio, como si su alma hubiera vuelto a su cuerpo al ver que el cuarto se encontraba completamente vació. Aun así noto que el monje no estaba del todo tranquilo, este buscaba apresuradamente en los baúles de madera que estaban en el extremo de cada cama. Ninguno contenía nada que parezca de su interés; hasta ahora. Valerie observó con atención como el hombre sacaba una tela de color azul, como si fuera una vestimenta, un vestido mas bien; supo enseguida a quien le pertenecía cuando sintió ese tenue aroma que era tan familiar y lejano al mismo tiempo. No pudo evitar hacer una expresión de notorio desagrado cuando el monje llevó el ropaje hasta su nariz y la olió con total profundidad y concentración.
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Deadly Fire | Cursed
Fantasy°•○●Valerie, la chica con cabellos de fuego esta dispuesta a todo por vengar a su sangre, lista para infiltrarse junto a la mujer que la refugio, en la hermandad de los paladines rojos. Aunque todo se saldrá de control al tener sentimientos por el m...