°•○●Valerie, la chica con cabellos de fuego esta dispuesta a todo por vengar a su sangre, lista para infiltrarse junto a la mujer que la refugio, en la hermandad de los paladines rojos. Aunque todo se saldrá de control al tener sentimientos por el m...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Escuchó hablar sobre aquel monje gris, sobre todo por parte de Gawain, en el pasado lo nombraba varias veces al quejarse de como destruía aldeas y como era un arma esencial para los encapuchados de color carmín. Así que, frente a ella se encontraba el reconocido asesino de inefables y el favorito del líder de los paladines rojos.
Conocía su buena reputación y su habilidad en la lucha, pero aun así no le temía. No se esperaba que Carden lo considere como un hijo, no estaba enterada de toda la historia, pero sospechaba que algo escondían aquellos dos religiosos.
De repente un aroma peculiar inundó sus fosas nasales, era casi imperceptible, pero este le indicaba que no era la única inefable entre los creyentes. Sin embargo, no estaba segura de quien se trataba.
Ese mismo aroma también fue percibido por aquel monje, de una manera mucho mas intensa, lo cual hizo que le llame la atención. Pero eso no fue lo único, sino que su cabello tan singular y como una marca negra impregnada en su piel asomaba por su bufanda le hicieron cuestionarse sobre si aquella chica de verdad era una humana, era mas que obvio que no, pero entonces ¿Que clase de inefable es?
La mirada de Valerie examinó de pies a cabeza al varón, se notaba que era fuerte y le sacaba varios centímetros de altura, y ni hablar de su experiencia. Esos eran factores que la dejaban en desventaja a la muchacha, así que no estaba del todo segura de salir victoriosa en caso de tener que hacerle frente en algún futuro.
Sus ojos se encontraron con los dos orbes del monje, azules como el mar, o incluso, similares a dos bellos zafiros. No pudo evitar sentirse un poco cautivada ante tan profundos ojos, pero enseguida se deshizo de esos pensamientos absurdos.
En todo este tiempo, no se había percatado de que el joven cristiano se encontraba analizándola de la misma forma que ella hace unos instantes, y con una notoria desconfianza, como si esperara algún ataque sorpresa. Levantó su mirada con el objetivo de intimidar a la fénix.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Lo cual dio resultado, aunque la fémina no quiera admitirlo, y solo causo que tome con mas fuerza la empuñadura de su espada. De todos los enemigos presentes, a ese encapuchado gris era al que menos debía demostrarle temor, por lo que inmediatamente volvió a posar sus ojos en él como si lo estuviera retando.
