ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 7 - ɪɴᴛᴇɴᴄɪᴏɴᴇꜱ ᴅᴇꜱᴄᴏɴᴏᴄɪᴅᴀꜱ

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El silencio en la arboleda era interrumpido por el caer de las gotas, que resbalaban por las hojas hasta estrellarse en la tierra. Los animales silvestres surgían de sus refugios debajo de la tierra o del hueco de algún árbol. El ambiente de tensión había desaparecido junto a las grandes nubes grises y los rayos, aunque aun así el día estaba nublado. Todo se encontraba en completa calma en el bosque de arboles cuyos troncos eran delgados.

Un cuerpo femenino yacía inconsciente en el húmedo pastizal, desencajando con el entorno; hasta que una bocanada de aire salió de sus labios indicando su despertar. Los tímpanos de Valerie detectaron el silencio que tanto deseaban despues de haber escuchado los estruendosos tañidos de los truenos horas atras, sus párpados pesaban y unas ráfagas de aire caliente chocaban contra su rostro al igual que gotas casi microscópicas. Lentamente abrió los ojos y se encontró con dos grandes orificios negros que olfateaban su cara.

Dirigió su mano hacia el hocico húmedo de su yegua y lo retiró suavemente para poder incorporarse, un suspiro de alivio fue liberado al ver que Raven se encontraba bien después de haber pasado por un gran susto.
Acarició la frente del animal, que aun continuaba con su cabeza gacha hacia su dueña, y que a pesar del miedo, se había quedado junto a ella en el medio de la tempestad.

— Eres una buena chica. —definitivamente amaba lo fiel que era su amiga de pelaje negro.


De repente un dolor punzante perforó su sien como si un martillo la hubiera golpeado, causando que cierre sus ojos con fuerza ante tal molestia. Deslizó suavemente sus dedos en la herida hecha, deslizando así una capa pegajosa de sangre acompañada de algunos mechones de su cabello rojizo. Algunas gotas continuaban brotando haciendo un surco hacia su mejilla.

Soltó toda clase de barbaridades dentro de su mente, primera vez que se une a una "misión" con los paladines y le ocurre un accidente. No solo se insulto a si misma, también a aquella roca que se encontraba a su lado y fue la causante de su golpe; la tomó y la arrojó con rabia haciendo que se pierda en alguna parte del bosque. Luego de aquel acto un tanto infantil, se puso de pie y sus piernas tambalearon, haciendo que busque apoyo en el lomo de la yegua que continuaba en el mismo lugar. Sacudió su cabeza intentando espabilarse y recobrar energía, aunque solo logró generar otra punzada en su cabeza. "Mierda".

Sus sentidos se alertaron al escuchar el crujir de las ramas y las hojas. El sonido fue acercándose mas indicando que alguien, a un paso apresurado, se acercaba a su posición. El dolor no fue impedimento para que con agilidad desenvaine su espada y apunte a la persona que ahora se encontraba a unos pasos cerca de ella.

— ¡Solicito su presencia!

Relajó su expresión severa al darse cuenta que se trataba de un paladín, que además de encontrarse agitado, estaba con sus manos levantadas en forma de rendición y temblando a causa de la hoja afilada cerca de su cuello.
Valerir tuvo que resistir ante la tentación de cortar su cabeza en ese instante para saber de que se trataba lo que debía decirle aquel paladín.

Deadly Fire | CursedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora