Twenty-seven

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Después de la pequeña conversación que tuve con Jooheon acerca de la persona que vino a tocar el timbre de la casa, no quise hacer más preguntas. Sabía que estaba mintiendo porque había visto al detective antes, así que no sé si Jooheon le habría hecho algo malo.

Aunque lo más probable era que sí.

Él se quedó un rato más en la habitación, pero ninguno emitió palabra alguna. Incluso se fumó un cigarrillo en el balcón, mientras que yo me quedé recostado en la cama un buen rato mirando al techo y los alrededores de la habitación; hasta que se me ocurrió una idea. Aproveché el momento en el que Jooheon se fue a la cocina a traerme un vaso de agua y algo de comer.

Apenas cerró la puerta tras de él, me levanté de un salto de la cama, y saqué aquellas cadenas de mi pie nuevamente. Cuando estuve de pie, cojeé directo al baño y agarré el lindo florero que había colocado hace unos días allí, junto con las flores que Jooheon me regaló. Dentro de la habitación no tenía ninguna otra cosa que me sirviera como arma rápida, a excepción de este jarrón.

Busqué en los gabinetes de arriba para ver si lograba encontrar algo más, y agradecí internamente al ver que había un viejo abrecartas al fondo de los frascos de pastillas y cremas. Lo guardé en mi bolsillo trasero y me escondí detrás de la puerta semi abierta con el jarrón en manos a esperar, escuchando las fuertes pisadas provenir de las escaleras. Lancé un suspiro fuerte, preparándome mentalmente para lo que venía.

No era el mejor plan, pero era lo único que se me ocurría. A lo mejor el detective seguía vivo y necesitaba ayuda, así que ya no había marcha atrás.

Cuando escuché que ingresaba a la habitación, le oí murmurar un insulto hacia mi persona. Pero, mientras él se quedaba atónito en su lugar viendo el espacio vacío en la cama, salí con la mayor cautela posible de mi escondite, y con un gran impulso, apreté el jarrón entre mis manos, para luego, romperlo con fuerza entre la cabeza y nuca de Jooheon.

Dando como resultado que él diera un grito por el impacto desprevenido, y que cayera directo al suelo en un golpe seco. El sonido del jarrón rompiéndose en miles de cristales de diferentes tamaños resonó por toda la casa, que incluso creí que los vecinos que se encontraban a unos kilómetros de nosotros pudieron haber escuchado todo el ruido.

Yo también grité junto con él al momento del impacto, ya que algunos cristales se habían quedado incrustados en la palma de mis manos. Pero eso era irrelevante ahora, con un Jooheon inconsciente en el piso, cojeé rápidamente a la puerta de la habitación, abriéndola con algo de dificultad.

No me había percatado el momento en el cual había empezado a llorar, pero sentía mis mejillas húmedas y mis ojos acuosos. Me permití gritar un poco por el dolor que estaba sintiendo en mi pie lastimado, ya que antes había tenido que retener cualquier tipo de ruido.

Al salir de la habitación, lo primero que hice fue inspeccionar rápidamente los cuartos aledaños en el mismo piso, asegurándome de que no hubiera nadie allí. Más que nada, en mi mente solo persistía la idea de encontrar al detective.

Algo dentro de mí, me decía que él aún seguía vivo, y debía encontrarlo lo antes posible.

En menos de 1 minuto terminé de verificar las demás habitaciones, así que solo me quedaba ir al primer piso. Cuando me dispuse a bajar las escaleras y ya estaba bajando los escalones, me di cuenta de un detalle muy importante que se me pasó por alto.

Cerrar la puerta de la habitación principal.

Quise regresarme a verificar si realmente Jooheon seguiría allí inconsciente, pero no quise dar marcha atrás cuando ya estaba a mitad de las escaleras. Seguí bajando con la mayor rapidez que me permitían mis piernas, hasta que oí unas fuertes pisadas provenir de arriba de la casa.

Secret Obsession || [Jookyun/ Wonkyun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora