Twenty

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Gahyeon

Eran aproximadamente las 11:00 am, y estaba guardando mis cosas dentro de mi mochila. El día había sido demasiado ajetreado, los turnos de noche siempre me desgastaban al 100%. Lo único bueno de trabajar en ese horario, es que me daban descansos 2 veces a la semana. Eso significaba poder descansar todo un día completo.

—¿Ya te vas Gahyeon?

Volteé de inmediato al oír la pregunta, encontrándome con una de mis amigas de turno.

—Sí, solo estoy alistando mis cosas —le respondí sonriente, cerrando mi casillero.

—Qué suerte, a mí todavía me quedan 2 horas más para salir —suspiró con claro cansancio, dejándose caer en una de las colchonetas inflables que teníamos en los vestidores.

Reí bajito, y le lancé una manta.

—Duerme, aunque sea una media hora, yo te cubro.

Ella sonrió en grande, y alzó sus brazos por encima de su cabeza, formando un corazón.

—Por eso te quiero Gahyeonnie... —murmuró, acomodándose en su cama improvisada.

Terminé de acomodar mis objetos personales dentro de mi mochila, y salí de la habitación con cuidado de no hacer ruido. Caminé por los pasillos directo al elevador, lanzando uno que otro bostezo.

Ahora solo deseaba llegar a casa, prepararme un ramen picante, e ir a la cama. Al llegar a la recepción principal, le avisé a una de mis compañeras, llamada Sowon que, en el cuarto de cambio, Naeun se encontraba durmiendo, y que la despertara dentro de unos 30 minutos más.

Ella asintió, y me deseó una buena mañana.

Al salir del hospital, me dirigí a la parada de autobuses, colocándome los audífonos, reproduciendo "Call me maybe" de Saya. Últimamente, me encantaba escuchar esa canción mientras caminaba, ya sea para ir al trabajo, o para regresar a casa; me subía el ánimo a tal punto de querer saltar y correr por las calles.

Cuando el autobús llegó, pagué con mi tarjeta, y me senté en los últimos asientos, meneando mi cabeza de un lado para otro. Saqué mi celular para ver los mensajes que tenía pendientes, también revisando de vez en cuando mis redes sociales.

Hasta que recordé de que no había hecho las compras de la semana, y eso significaba que mi refrigerador y la despensa deberían encontrarse totalmente vacías. Haciendo memoria, no había comprado nada de comer desde hace días, ya que la mayoría de las veces, comía fuera.

—Bueno... al menos podré comprar algo comestible para hoy... —me susurré, formando un puchero al saber que tendría que cargar el peso de las bolsas hasta mi departamento.

No es que me aburriera hacer las compras, es más, me gustaba, porque me hacía sentir una persona totalmente independiente. Hace unos años, solía hacer este tipo de cosas con mi madre, o con mi hermana mayor; pero desde que me mudé de casa, ahora debía hacerlo yo sola.

Lancé un suspiro, recostando mi cabeza en la ventana. A veces, me gustaría volver a casa de mis padres, los extrañaba demasiado, y también a mi hermana. No suelo tener mucha comunicación con ellos debido a la sobrecarga de trabajo, pero si renunciaba, no podría enviarles dinero, en especial para el tratamiento de mi madre.

Un sonidito me sacó de mi ensoñación, y ese era el que anunciaba la próxima parada. Me levanté de mi asiento, y esperé a que el autobús se detuviera. Al bajar, caminé directo al supermercado, pasando antes por un carrito.

Volví a colocar otra canción movida, y comencé a pasear por los pasillos, buscando las cosas que me hacían falta para la semana. Metí algunos paquetes de panes, carne, fideos instantáneos, entre otros. Al recorrer el establecimiento por unos 20 minutos, me fui directo a la caja a pagar.

Secret Obsession || [Jookyun/ Wonkyun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora