Cuando JungKook abre su corazón a TaeHyung y se muestra como es.
Sus uñas golpeaban la mesa a un compás algo rápido, mientras esperaba a que RyuJin terminara de escribir sus apuntes.
Todavía recordaba lacara de horror que tenía JungKook ante su pregunta "Tú y yo, ¿Qué somos?" Y cuando le dijo que esa tarde saldrían y respondería, no podía evitar estar muy ansioso.
—Terminé —dijo la joven de cabellos grises. —Ahora sólo me dedicaré a estudiar y practicar decirlo en voz alta.
—Genial, noona, aún tenemos una semana de todas formas —se levantó, a acompañarla hasta la puerta.
—RyuJin, no olvides tu abrigo —la madre de TaeHyung se les acercó. —Por cierto, ¿Tú conoces al novio de TaeHyungie?
La chica permaneció algo confundida, mientras se acomodaba su chaqueta. TaeHyung controlaba los colores que se le subieron al rostro, y le dijo a su madre que mejor se aleje.
Se despidieron a penas, pues el menor moría de vergüenza y RyuJin sólo veía la ternura de la situación.
Finalmente, TaeHyung cerró la puerta y se apoyó sobre ella, suspirando.
—Bueno, perdón —dijo la mujer, desde su cocina. —Pero no me dijiste que nadie sabía.
—¡Sí te lo dije! Era un secreto, mamá —se acercó. —Además... JungKook no es mi novio.
—¿Cómo no? Los he visto, hijo.
—¡Ya! Lo sé, lo veremos hoy.
—¿Ah?
—¡Hablaremos hoy! Pero debes dejar de preguntar por él a cada amigo que pisa esta casa —dirigió su paso hasta las escaleras.
—Segura, ajá ¡Dónde vas! Está afuera.
La mente de TaeHyung por poco metió freno de mano, siendo que ni siquiera tuvo tiempo de vestirse adecuadamente para salir con JungKook.
Suspiró, volteó sobre sus talones y caminó hasta la puerta.
Giró el picaporte, sin prestar tanta atención a las palabras de su madre, y simplemente salió, aceptando su destino.
JungKook tenía el vestirse bien incorporado, eso no le sorprendería. Mucho menos le sorprendió cuando se acercó y lo besó.
Sin mentir, disfrutaba cada segundo pegaba a sus labios.
—Hola, lindo —no cortó la distancia entre ellos, y acarició su mejilla.
—Hola, hyung... Entonces... ¿qué querías hacer?
—Ah, eso... sí, ven conmigo.
Siguió su paso hasta a su vehículo, donde le abrió la puerta del acompañante y la cerró antes de caminar hasta su lugar.
El auto ya se encontraba en marcha; ninguno decía nada.
—Por favor, que no sea como nuestra primera cita —dijo TaeHyung, ante esto.
En el rostro de JungKook se formó una leve sonrisa. —No, no. Tranquilo.
—... ¿Y mi pregunta?
—Todo a su tiempo.
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