"—TaeHyung, miénteme si quieres, pero por el amor de Dios, no me digas que lo extrañas a él"
De un lado para el otro, sus pies le llevan de un lado al otro.
Caminando en círculos por toda su habitación, con las manos sudorosas, esforzando su mente.
Su puerta abriéndose fuertemente por poco le provoca un paro cardíaco, pero era lo que necesitaba.
—¿Has traído todo lo que pedí? —se acercó al chico, tomando la bolsa.
—Sí, todo y al doble, por si acaso; pareces loco —se quitó los auriculares y su gorra. —Y antes que comiences con lo que sea que tienes, he hablado con MinHo.
TaeHyung volteó hacia su mejor amigo mientras apoyaba todo en su escritorio.
—Dijo que alguien te vió en un auto, con MinHyuk —cruzó sus brazos. —¿Es cierto?
—¿Te dijo quién? —tomó una barra de chocolate.
—¡JungKook! Tu maldito novio vió como ibas en el auto con otro, ¿Puedes decirme qué estás haciendo, TaeHyung?
El ambiente tomó un silencio muy pronto.
JiSung esperaba respuestas del menor, mientras parecía estar acomodando las cosas en su mente.
—Llama a MinHo.
—¿Qué?
—Que lo llames —se acercó a él, tomando sus hombros. —No es lo que piensas, JiSung. Tengo un plan. Llámalo.
Suspiró. —TaeHyugie, yo sé que eres genio y todo eso, pero-
—JiSung, no hay tiempo, llama a MinHo.
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Desde que JungKook conoció a TaeHyung, su lugar anti-depresiones había permanecido cerrado, jamás volvió a entrar.
Pero luego de tantas emociones encontradas, subió las escaleras de su casa, hasta el ático, donde quitó el seguro de la puerta y llegó al techo.
Tomó asiento, mientras encendía un cigarrillo y le daba una calada rápida, calentando sus pulmones.
Llevaba tiempo sin fumar, de hecho, no se consideraba un fumador; sólo lo hacía cuando no tenía a qué recurrir.
Miraba las estrellas, intentando encontrar la respuesta a todas las preguntas que tenía.
