Donde Clouds se vuelve una obsesión para TaeHyung debido a un suceso, y JungKook vuelve a dar una propuesta.
—Física se puede ir a follar a su madre —bufó HoSeok, arrojando los libros a la mesa, causando un estruendo y que TaeHyung y NamJoon lo miren, sorprendidos. —¿Para qué mierda quiero medir a un estúpido cuerpo en una estúpida caída al estúpido suelo? ¡No me sirve! La única fuerza que quiero conocer es la de Kim WonPil a su teclado, Jae y SungJin a sus guitarras, DoWoon a su batería y a la voz de Brian gritando que no le digan Brian —terminó suspirando, tras no haber tomado aire durante toda esa dicha.
—... Consideraremos que no te gusta física —rió NamJoon, acomodándose la corbata. —¿Necesitas ayuda?
—¡No! Porque sé que si leo los apuntes podré solo; pero no quiero, no me gusta, me aburre.
—¿Y si estudias con Day6 de fondo? —preguntó TaeHyung. —Si lo haces bien, puedes cambiar de canción, y si no, no podrás seguir escuchando el arte de su música.
HoSeok estaba atento a sus palabras, asintió varias veces, en forma lenta.
—Eres un maldito genio, TaeHyung.
El menor sonrió a su amigo, feliz por haberlo ayudado.
Pero toda esa felicidad se vino abajo, dejando que le suba el corazón a la garganta y lata como loco allí, cuando JungKook caminaba a lo lejos, con sus auriculares puestos, siempre, siempre puestos, tenía una camiseta sin mangas que lo estaba dejando en el cielo, por más que era holgada, metida en sus jeans rasgados —lo perfectamente apretados como para apreciar sus piernas— y sus brazos, tríceps, venas y manos haciéndole saber lo perdido que estaba.
Sentía todo su cuerpo tenso, era muy perfecto, un chico demasiado muy perfecto.
Deseaba haber comenzado con él de otra forma, aunque pensaba y decía... ¿No que habían tenido una cita? ¿No que JungKook le sonrió y trató tan bien a su madre?... ¡¿No que lo llamó lindo dos veces?!
Ya se encontraba sonrojado como tomate y había bajado su mirada hacia la mesa, sonriendo sin enseñar sus dientes.
HoSeok y NamJoon hablaban de física, sólo tenía presente eso, ya que no les prestaba demasiada atención.
Quería sacar su teléfono y hablarle a JungKook, o levantarse, caminar y sentarse en su mesa.
Pero algo le decía, por más que nunca haya pasado, que él quería hacer como si no se conocían, ni nada pasó ni pasaría.
Era un secreto después de todo.
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—Y Shin con Kim, pueden comenzar —el profesor cerró su lista, y se dispuso a escribir las consignas del trabajo en dúo, para la próxima semana.
TaeHyung se levantó tomando sus cosas y dirigió su mirada hacia RyuJin, quién levantó su brazo y lo llamó para sentarse a su lado.
