Disclaimer: Este es un AU, sin superhéroes. Los Vengadores son de Disney y de Marvel, solo la historia y lo que no reconozcan es mío.
NOTA: Negritas es ruso.
Yo, yo no me doy por vencido
Yo quiero un mundo contigo
Juro que vale la pena esperar, y esperar y esperar un suspiro
Una señal del destino
No me canso, no me rindo, no me doy por vencido
Eramos un amasijo de piernas y brazos cuando entramos al apartamento. Dodger se había quedado dormido en la habitación de invitados que, poco a poco, se había convertido en el lugar que aprovechaba para él. Ni siquiera nos aseguramos de que estuviera allí.
—Bésame de nuevo—dijo con la voz ronca.
Mis piernas estaban enredadas a las suyas, tratando de unir nuestros cuerpos aún más. Sus manos no perdieron el tiempo, quitándome la playera, su chaqueta y la mía habían caído al suelo minutos antes. Obedecí a su instrucción, besándolo en los labios mientras metía las manos debajo de su camisa.
–Te amo, Steve...
No me dejó volver a decirle nada, porque sus labios volvieron a estamparse contra los míos. Sus manos bajaron por mi cuerpo, acariciándome sin pudor el frente, hasta que llegó a mis muslos, volviendo a tocar coquetamente el botón de mi pantalón.
—Deja de jugar—regañé.
—Pensé que te gustaban nuestros juegos—bromeó—pero si prefieres, vamos directo al grano.
—Se está tardando, señor Rogers.
Subió sus manos hasta mi boca, acariciando mis labios con los dedos. De manera divertida, chupé su dedo índice, mordiendo ligeramente la punta.
—Usted es la que habla demasiado, señorita Romanoff.
—Ah...nah, nah.
—¿Cómo?
—Señora Rogers, aunque le cueste trabajo—bromeé.
Aquello encendió algo primitivo en Steve, un fuego lujurioso que nunca le había visto en esos ojos. Bajó las manos hasta mi pantalón, para quitármelo con movimientos delicados, con sus manos acariciando mis piernas. Suspiré porque aquella caricia erótica era al mismo tiempo relajante, debido al cansancio por los ensayos.
—Mi señora—dijo en un tono de reverencia—Voy a hacerla gritar mi nombre.
—Estoy en sus manos.
Tomé su cara entre las manos, para besarlo con pasión. Sus manos se aferraron a mi cabello, tirando de él para tener acceso a mi cuello. Se había desecho de toda mi ropa, mientras que él solo se quedó en pantalón de mezclilla. Se veía guapísimo, podría quedarme horas mirándolo pero él no me dio tiempo. Me empujó contra la pared, bajando las manos hasta mi centro. Gemí, restregándome contra él.
—Paciencia, mi bailarina.
Amaba cuando usaba los posesivos en el sexo, me hacía sentir más especial que nadie. Steve me hacia sentir la mujer más importante del mundo. Su lengua dibujo una larga línea desde mis pechos hasta mi garganta y de regreso, acariciando mis pezones. Al mismo tiempo, sus dedos jugaban afuera de mi intimidad, pellizcando mi clitoris de vez en cuando.
—Steve...—gemí cuando sus dedos se curvaron en mi interior—¡Maldita sea! ¡Fóllame ya!
—Tomaré es como una confirmación de lo que quiero hacer.
ESTÁS LEYENDO
Amigos no, por favor.
Romance¿Cómo complicar tu vida en un simple paso? Acepta hacer un posgrado que te llevará muy lejos de las personas que amas, de la cultura que conoces y que puede o no hacerte dar el giro que tu vida estaba esperando. Así fue como comenzó mi historia de a...