Destino

II

Valentina Carvajal, la más pequeña de la familia Carvajal. Tenía casi 17 años cuando su familia decidió mandarla a terminar la preparatoria a Canadá.

Vivió dos años en un internado, donde sus hermanos esperaban pudiera sentar cabeza, alejándola de las malas compañías en las que había caído los últimos meses antes de ser enviada a otro país.

Cuando Valentina tenia 11 años tuvo su primer encuentro con Las Señoras del Destino.

Las conoció en sueños, eran tres dulces ancianas que intentaron explicarle la perdida que estaba por sufrir. Sin embargo, al despertar lo único que supo es que su madre había perdido la batalla contra esa agresiva enfermedad que la ataco unos meses antes.

Skuld decidió cortar ese hilo, para evitarle más sufrimiento a Elena, la madre de Valentina.

León se volvió un padre frio y ausente, en ese intento de lidiar con la perdida de su amada esposa. Enfocándose de lleno en el trabajo, ocupándose para no tener que pensar o que sentir.

Guillermo y Eva los hermanos de Valentina se refugiaron en sus actividades tratando de recuperarse del dolor que les causaba la perdida de su madre.

Nadie tenía cabeza en esa familia para preocuparse por Valentina y sus emociones. Nadie le explico a esa niña que su mamá no se fue por gusto. Un día solamente comprendió que ella ya no regresaría.

Urd, Skuld y Verdandi, observaron toda esta situación, sabiendo que no podían intervenir, fueron hilando los destinos de cada uno de los Carvajal, viendo como el hilo de la menor cada vez se alejaba más de su familia y se iba anudando con gente que alteraría lo que se había previsto de manera original para ella.

Y Valentina se enojó, se enojó porque su madre la abandonó, se enojó porque su padre y sus hermanos la ignoraban. Se enojó porque estaba sola. Se enojo porqué era la unica herramienta que tenía para lidiar con lo que estaba viviendo.

Se enojó tanto que dejo de disfrutar la escuela, dejo de ser amigable y dejo de ver esos ojos que le recordaban al chocolate. Se olvidó de la paz que sin saber como le brindaban esos profundos ojos cafés.

Busco sacar su frustración con quien estuviera frente a ella y quien casi siempre estaba ahí era esa pequeña con una sonrisa tímida y un mar de chocolate en los ojos. Un mar de chocolate que comenzó a llorar en esas épocas de manera constante.

Así comenzó a juntarse con Lucho y con Sergio, los dos niños más problemáticos de la escuela. Ambos con problemas de conducta muy fuerte. Groseros, altaneros y agresivos.

Lucho era hijo único, sus padres nunca estaban, siempre viajaban y resolvieron siempre la vida del niño con dinero y prepotencia. El niño de tez blanca ojos cafés y cabello castaño oscuro, solucionaba todo a golpes y amenazas. Era presumido y clasista.

Sergio siempre fue el fiel seguidor de Lucho, si este le decía que saltará de un tejado, lo haría sin chistar. Niño sin carácter, siempre apoyado por el otro. Cabello negro quebrado, ojos cafés de poca estatura.

Lucho se interesó por Valentina cuando entraron en la secundaría, por lo que cuando la chica de ojos azules perdió a su madre, él fue quien le ofreció la atención y el refugio que las otras personas no le estaban brindando.

Y así Verdandi creo nuevos nudos en el hilo de Valentina, nudos que la acercaron más a las drogas y al alcohol.

Valentina se hizo novia de Lucho, después de mucha insistencia del muchacho.

No quería, pero le daba miedo que si no aceptaba el chico también la abandonará. La relación fue tóxica de principio a fin. El chico era celoso, controlador y agresivo cuando se le pasaban las copas o las drogas. Además de ser el proveedor de alcohol y drogas en la vida de la castaña.