๛Corte de Reposo

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Los sueños son mensajes entregados a nuestro inconsciente; fragmentos de una realidad superior a nuestra comprensión los cuales deben atravesar esa barrera que separa la parte de nuestras mentes que podemos controlar, de la que no.

No debemos subestimar aquello que brota de la nada y se queda en nuestro despertar

Cecilia Merlot

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—T-Taehyung, ¿qué estás haciendo?

Algo en el ambiente se sentía raro, no pesado, sino demasiado ligero. Jungkook veía su cuerpo moverse y sus ojos asustados, podía controlar su cuerpo estando fuera de sí; y tanto ese detalle como la falta de colorido en el mobiliario de la habitación le hicieron comprender que estaba en un sueño.

Uno en el que su cuerpo estaba entre el torso del mayor y la dureza de la puerta. Mientras una le daba soporte, el otro no dejaba de darle una severa sensación de asfixia que se acrecentaba conforme esos ojos mieles, una vez más, se volvían oro.

¿Por qué sucedía eso?

¿Qué... Pasaba?

—Sabes Jungkookie, las personas son realmente seres codiciosos y nunca, escúchame bien, nunca están conformes —a veces Taehyung hablaba como si fuera otra persona, o mejor dicho, como si fuese él en un presente viviendo el lugar de su yo del pasado. Y por alguna razón que Jungkook temía descubrir, siempre se volvía cruel en esos momentos—. Verás, no hay nada mejor que la calidez en una pareja, ¿no crees? Yo realmente soy feliz cuando estamos juntos, en la cama, por ejemplo, soy feliz. Me tratas bien, con cuidado; y siempre estás feliz porque te trato con todo el cariño que realmente siento por ti.

Parecía que lo adormecía, caricias de la cola de un tentativo zorro alrededor de su pequeña cabeza. El depredador de cabello dorado lo miraba desde arriba de tal forma en que no podía reparar en la sombra que cernía sobre él, no podía detenerse más de un segundo —un período de tiempo demasiado corto como para tomarlo en cuenta—, para analizar el destello de la dentadura que brillaba cada vez que sonreía.

Porque cada vez que temblaba.

Cada vez que demostraba que tenía miedo y que quería huir de ahí a la mínima oportunidad.

El zorro ronroneaba y lo abrazaba con más fuerza, le daba más calidez, más caricias.

Le daba tranquilidad.

Y le daba terror.

—Pero... Los seres humanos tenemos un límite. Un límite que realmente es muy... Muy peligroso de cruzar, y no se puede, realmente, porque no somos dioses, somos solo personas —Jungkook lo observó lamer su labio inferior para humedecerlo y continuar con esa sonrisa inclinada a un lado—. Lo tétrico de todo es que pegar contra ese límite es el más profundo e inédito deseo de una persona; el detalle es que no lo puedes hacer solo, y entonces...

¡Aquí! ¡Este es el momento! Este es justo el momento que el subconsciente de la pequeña presa que Jungkook es, su instinto de supervivencia, le estaba alertando.

Precisamente cuando no la sombra, sino el mismo Taehyung se levantó ante él y se estiró de tal forma en que solo le quedó a Jeon encogerse y temblar, supo que ya no tenía retroceso.

—... entonces, Jungkookie, te das cuenta de que todo lo que siempre deseaste en lo más oscuro de tu ser, era ser empujado —las manos de Kim le estrujaron los hombros contra la puerta a sus espaldas—, ser empujado contra tus límites. Y abajo, y abajo, y abajo —lo vio sonreír como a veces hace, lo vio sonreír como siempre intenta ignorar que hace; con hambre—. Abajo hasta que sientes que no puedes respirar porque en mis manos, Jungkook, en mis putas manos —el destello de cruel oro en los ojos del contrario más su cuerpo fundido entre una espada y una pared, hicieron a las rodillas del menor, ceder—, puedes viajar a un lugar y por un momento no necesitas la maldita libertad para ser tú mismo.

En tal situación, es difícil explicar la reacción de Jungkook.

Es difícil ignorar el movimiento de sus manos y el sudor en su piel; omitir su miedo y todo lo que siente, es duro pero...

Pero lo que importó fue lo que pudo decir.

Aquella que tuvo peso de relevancia fue la inhalación que tomó por encima de la presencia de los dedos de Taehyung alrededor de su cuello; esa que le permitió cuestionar de forma casi inentendible.

—¿Q-qué ganas tú?

—¿Yo?

Las yemas de los dedos de Kook reposaron temerosas en la puerta.

—E-empujándome hacia... hacia abajo...

El rostro del rubio se arruga en una mueca que lleva tal concentración que se roba la tensión en sus hombros.

—Tú me empujas hacia abajo sin darte cuenta, mucho más de lo que imaginas. A veces con palabras, otras con acciones. Sea como sea —vuelve a sonreír—, logras asfixiarme sin querer.

—L-lo siento.

Y bueno, hay tres pilares que no valen la pena repetir. Más que pilares, términos elementales.

Entre ellos, está el perdón.

Taehyung podía ver en esos enormes ojos la desesperación y preocupación de un chico que lo ama y que no quiere lastimarlo. Puede observar e incluso sentir a través de la piel el sentimiento de alguien que se disculpa de corazón por algo que ni siquiera puede definir con exactitud.

El Jungkook que no toma parte directa en la situación, siente eso resonar en sus huesos desde el extremo en que ve todo desenvolverse.

Taehyung lo escucha pedir perdón, lo siente temblar, lo ve preocupado más por él que por sí mismo, a pesar de la situación a la que lo ha sumido de forma inesperada.

Y es como... Si purificase el agua contaminada. Incluso sin saberlo, lo siente, Jungkook se siente culpable por algo de lo que no está seguro, pero quiere disculparse.

Y solo ese sincero perdón detiene la tormenta en Taehyung, lo hace calmarse y ser consciente de su respirar. Lentamente las manos de Vante se deslizan hasta el bajo de la espalda de Jungkook y con delicadeza le apartan de la puerta. Su pecho no lo recibe cruel, lo... abraza. Lo protege.

Y Kook, en lugar de cuestionar, se deja llevar como mismo hace cada vez que la música cambia de imprevisto. Cierra los ojos, inhala, y se entrega por completo a la nueva tonada.

—Tata... Lo siento mucho, de veras. Intentaré cambiar...

—No bebé —arrulla Tae con los ojos cerrados y el rostro en el cuello del contrario—, a veces siento que me pierdo en un mar de lobos y sin querer me convierto en uno. Lo siento mucho.

—Ya... —Kookie se separa un poco para mirar los ojos mieles y simplemente lo estudia—. Es... Parte de ti, tendré que acostumbrarme.

—No es uhm... Algo que pueda cambiar pero puedo controlarlo.

—Por lo visto yo lo controlo mejor que tú, ¿cierto? —. Pregunta el azabache con una sonrisita y con ello se gana un beso.

—Tonto —y después de unas risas, Taehyung se digna a suspirar con alivio—. Gracias por la paciencia Kookie, de veras.

—Es algo mutuo—. Culmina acariciando las puntas de sus narices.

El agua se contamina, y si no se purifica a tiempo, se extiende y lo ennegrece todo.

Incluso aquello que en su momento pudo aclararla.

Jungkook abre asustado los ojos y se encuentra con los rayos del sol iluminando los cabellos de su mayor. Confuso recibe la confirmación de que lo anterior no es más que un sueño y un peso se establece en su pecho sin remedio.

Porque siente.

Algo hondo en él le dice que ese sueño no debería ser subestimado.

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Liberty
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Boleta informativa:
Contenido de la multimedia; traducción:

❝Los corazones son criaturas salvajes, es por eso que nuestras costillas son jaulas.❞
Fragmento de la Familia Adams.

ળ᳝◌᮫۪۪۪۪᳝۟ Cazador De Estrellas [T.K]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora