VI: Martes (parte 1)

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Se despertó en la madrugada, sintiendo un terrible dolor de cabeza y la resequedad en su boca era insoportable. Tenía resaca, hacía tiempo que no le pasaba eso.

Sigiloso como un ratón, salió de su tienda de campaña, mirando al horizonte los indicios de la salida del sol. El cielo matutino era rosa y naranja, los sonidos tempranos de la naturaleza le hicieron sentir muy tranquilo, al igual que la frescura que los árboles y pinos le brindaban.

Se sintió mucho mejor cuando bebió el agua, casi toda la botella de medio litro en pocos segundos, suficiente para calmar la sed de la resaca. YoonGi aún dormía en su tienda de campaña, JiMin se sentó en el tronco a mirar la madera ya carbonizada, sintiendo mucha culpa y tristeza por lo sucedido la noche anterior. Él sabía que ese beso pudo llegar a más, que quizá podría tener la oportunidad de mostrarse por primera vez, se sentía culpable por no haber dejado que pasara, pero a la vez estaba atemorizado y en parte, agradecía haberse negado a continuar.

Necesitaba ir a sumergirse en el lago para mejorar su estado de ánimo, aprovechando que su compañero dormía y que era sumamente temprano como para que tuviera ganas de despertarse.

Haciendo el menor ruido posible, se deshizo de sus vendajes en el pecho, sintiendo que al fin respiraba libre, luego de muchas horas recibiendo la presión de la invisibilidad. Quedó desnudo bajo su toalla y se fue en sandalias hasta el lago, dispuesto a refrescarse y tomar de paso un pequeño baño porque estaba todo sudado.

El agua estaba algo fría, pero suficiente para despertarlo y ayudarle a pasar la resaca. Dejó la toalla caer en el piso y se deshizo de las sandalias. Su cuerpo, en su estado más natural y vergonzoso, fue atrapado por la brisa veraniega, el agua le invitaba a cubrirlo para evitar que cualquier mirada curiosa le acechara y se preguntara a qué lado del bando pertenecía, porque vivía en un desdichado mundo que todo lo clasificaba en blanco y negro.

Corrió hasta que estuvo cubierto hasta el cuello, y se sumergió por completo. Al sacar su cabeza y tomar aire, sintió algo de frío, pero comenzó a nadar para generar calor y distraerse. La natación era algo que le llenaba de mucha paz, pero cómo deseaba haber podido nadar con YoonGi el día anterior...

Mientras flotaba en la superficie en una cómoda pose de estrella, miró el amanecer y su corazón se llenó de felicidad y calma, estar con los oídos sumergidos le daba la paz suficiente para cerrar sus ojos y hundirse en sus fantasías. Sonrió como un chiquillo enamorado, pensando un poco en YoonGi y volviendo a idealizar un romance normal entre ellos, aunque fuera solo algo de verano, incluso sintió sus partes privadas palpitar un poco por lo lejos que había llegado su imaginación, planteando un escenario donde le aceptaba y le hacía el amor...

-Con que una infección en el oído, ¿eh?

Pero si algo había aprendido JiMin de fantasear, era el peligro de sumergirse demasiado rápido, al grado de no poder aceptar la dura realidad cuando esta le golpeaba duro en la cara.

La voz de él lo trajo de vuelta a su realidad, una en la que nuevamente se sentía asqueroso, lastimado por su pasado y temeroso de su presente. Casi se ahoga intentando bajar su cuerpo que no quería dejar de flotar, sacó su cabeza tosiendo, en shock porque acababa de ser descubierto.

Nadó hasta la orilla, forzándose a no llorar mientras lo hacía porque se ahogaría en el intento. Cuando sus pies tocaron tierra firme y salió del agua, mostró su vergonzoso ser a YoonGi, cubriendo con una mano su pecho y con la otra, su entrepierna.

-Lo siento -sus ojos se llenaron de lágrimas en cuanto vio la sorpresa en el rostro de YoonGi-. Lo siento tanto, perdón...

Lastimado por sus propias distorsiones mentales, tomó su toalla, se envolvió en ella y corrió hasta el campamento, sufriendo varios pequeños cortes en sus plantas por ir descalzo, pero el dolor en su pecho era más grande, punzante.

Backpack Boyz [LIBRO DOS] || YoonMin || [EN EMISIÓN]Where stories live. Discover now