Backpack Boyz [LIBRO DOS] || YoonMin || [EN EMISIÓN]

VIII. Martes (parte 3)

     Salieron del agua, empapados de risas, salpicando gotas de comodidad. JiMin jamás enseñó a nadie a flotar, pero para ser su primera vez, fue bastante agradable y no le incomodó para nada tocar el cuerpo de YoonGi, ni que este le tocara, pues hubo un gracioso momento en el que al de cabello rosado le entró el pánico por hundirse y terminó abrazado del torso de su pupilo de viaje. Cuando al fin lograron que YoonGi flotara por sí mismo en el agua, JiMin le acompañó y se quedaron ahí un buen rato, hasta que el sol comenzó a molestar y tuvieron que regresar al campamento.

     Se secaron y cambiaron, luego recogieron todo y limpiaron, se ayudaron como si estuvieran sincronizados en cada movimiento. Desde desmontar las tiendas, hasta recoger la basura, hacían un excelente equipo. En poco tiempo, estuvieron listos para partir.

—Ay, mierda, creo que estaré en problemas —expresó JiMin al ponerse su mochila en el hombro y levantar su teléfono del piso.

—¿Por qué?

—Tengo cinco llamadas perdidas de mi mamá y en el chat grupal, Jungkook está exigiendo atención como loco, pero hay algo raro... —frunció el ceño al deslizar su dedo en la pantalla, viendo que solo había mensajes de uno solo de sus amigos.

—¿Qué hay de raro?

—Solo Jungkook ha mandado mensajes, Jin no se ha reportado, es extraño porque él fue el que nos exigió mandar nuestras ubicaciones. Y parece que no tiene red, no le han llegado los mensajes.

—Tal vez se quedó sin batería, eso pasa seguido cuando eres viajero, debes preparar baterías portátiles para mantenerte comunicado.

—Me preocupa, Jin nunca se desaparece de esta manera. Él debería ser quien esté hablándonos y no Jungkook.

—Tranquilo, creo que ahora más bien deberías hablarle a tu mamá para que sepa que estás bien, y luego podemos buscar maneras de contactar a tu amigo.

—Mierda... YoonGi, debo llamar a mamá y no sé cómo le voy a contar que no estoy con mis amigos.

—¿No le contaste sobre la apuesta?

—¡No! —se exaltó, volvió a sentarse en el tronco y arrojó la mochila al piso—. Tengo miedo de que se enoje y me obligue a volver.

—¿Y qué pasa si no le cuentas? —se sentó junto a él, JiMin sintió su compañía tan agradable, no le importaba contarle sus secretos más íntimos porque confiaba en él.

—Me sentiré muy mal, no debo mentirle, ella se preocupa por mí y debe saber con quién estoy.

—Pero tú me has contado que tu mamá te quiere mucho y es un ser humano comprensivo.

—Lo es —suspiró mirando al suelo—. Pero esto es demasiado, nunca le conté una mentira tan grande y no es justo, porque ella estaba muy feliz de que yo decidiera salir a divertirme.

—¿Y no es eso lo que estás haciendo? Te veías muy feliz mientras nadábamos, y anoche la pasamos muy bien —pronto, se dio cuenta de que aquello sonaba raro, así que aclaró—, con las luciérnagas, nos divertimos viéndolas. ¿Verdad?

     Aquello sonrojó a JiMin, pues de solo recordar la noche anterior, empezaba a tener motivos para querer que la tierra se lo tragara. Ese beso era imposible de olvidar y le tenía en una enorme confusión, pero en ese momento tenía otras prioridades.

—Bueno, es cierto —sonrió con su mirada baja—, pero le dije que iría a divertirme con mis amigos.

—Yo soy tu amigo —insistió YoonGi, a lo que su compañero le dio un empujón amistoso porque estaba quizá desmenuzando demasiado la situación. Pero viéndolo desde ese punto de vista, tal vez no era tan malo. Había contado una mentira, pero, a fin de cuentas, no estaba haciendo nada malo.