Eran tal vez las siete u ocho de la mañana cuando sintió un piquete en su cabeza, había una gaviota hurgando entre su cabello que estaba lleno de arena y quizá con algún bicho enredado por ahí.
Luego, sintió al ave volar lejos, pero fue doloroso el impulso que tomó, y eso logró despertarlo y ponerlo alerta porque, además, escuchó una voz que espantó al ave.
— ¡Shu, shu! —Era un chico, sus pasos se aproximaron a JiMin, quien logró sentarse. No podía alzar el rostro porque había demasiada luz y además tenía horribles dolores por todo el cuerpo, producto de haber dormido en el suelo, sus extremidades crujieron al incorporarse.
Así que solo alcanzó a ver unos converse rojos algo desgastados y unos pantalones rotos de las rodillas, mientras sus ojos se adaptaban a la luz del día. Por suerte, aún tenía su mochila abrazada a su cuerpo y su manta no había ido a ningún lugar, como si se hubiera quedado pausado toda la noche.
Luego, el chico se agachó a su altura y JiMin pudo ver su rostro más claro a medida que terminaba de despertar.
—Hey, niño... ¿Estás bien? —Él le habló con un tono bastante amable y había un semblante preocupado también.
Frente a él se encontraba el dueño de esa voz preocupada: un chico de cabello rosado como una toronja, mirándolo fijamente y con cierta curiosidad. Llevaba una gran mochila en su espalda parecida a la de JiMin, cargada con cosas de viajero mucho más experto, una camiseta negra de The Beatles y llevaba algunos aros en sus orejas.
A primera vista, a JiMin le pareció una persona atractiva.
—Estoy bien —balbuceó y se talló los ojos, recuperando su tolerancia a la luz solar.
—Creí que estabas muerto o algo —le dijo el chico, esbozando una sonrisa gatuna bastante adorable—. Levántate antes de que la policía venga y te arreste por dormir en la vía pública.
Medio atolondrado, se levantó y se colocó su mochila en la espalda, la sintió pesada en exceso por estar tan débil después de despertar. Dobló su mantita y se la pegó al pecho, porque, aunque estaba adormilado era consciente de que no llevaba sus vendajes en el pecho y no quería que ese chico le mirara raro.
Una vez más, estaba tornándose invisible ante las personas para que lo vieran como un chico normal.
—Gracias por despertarme —le dijo mientras se aseguraba de que él no lo mirara raro, pero por si las dudas, desvió la atención rápidamente—. Soy Park JiMin, ¿y tú?
—Min YoonGi —respondió el chico, sonreía al hablar y eso a JiMin le agradaba— ¿Qué hacías durmiendo en la playa?
—Tuve una noche un poco loca —contestó riendo un poco y se acordó de la loca de YangMi, pero no quería dar detalles.
— ¿Te pusiste una borrachera colosal?
—No... —se preguntó si debía contar mentiras o no, pero ya era algo tarde, no tuvo tiempo para idear algo creíble. La verdad salió de su boca, inevitable—. Bueno... vas a pensar que estoy loco o que me drogué, pero anoche una anciana que vive no muy lejos de aquí, me sedó e intentó hacerme una limpia o algo así. Me desperté antes de que terminara y tuve que huir, pero estaba demasiado cansado por la anestesia que me dio y terminé dormido aquí.
Los ojos de YoonGi se abrieron de sorpresa, casi como si exagerara su impresión.
—JiMin... ¿Estás bien? ¿Te hizo algo más? —Y empezó a revisarlo por adelante y por detrás, pero eso le incomodó y se alejó—. Lo siento, es que no puedo creer que hizo esto de nuevo. ¿Fuiste a la policía? Escuché que la detuvieron anoche en la madrugada, pero no creí que fuera cierto...
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Backpack Boyz [LIBRO DOS] || YoonMin || [EN EMISIÓN]
FanfictionJiMin siempre ha sido invisible ante los ojos de todas las personas, excepto ante los de su madre y algunos cuantos médicos que quisieron "arreglarlo" cuando realmente nunca hubo nada qué arreglar. Pero luego de viajar y conocer el mundo exterior...