V: Lunes (parte 3)

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     YoonGi pasó demasiado tiempo en el agua, al salir parecía una pasita y JiMin se burló de él. El ambiente tranquilo se instaló nuevamente entre ellos, hablar de su pasado les abrió una importante brecha para tocar otros temas. Entre ellos, la carrera de JiMin.

     A sus veintidós años, estaba a solo un año de recibirse como educador infantil y no podía sentirse más orgulloso. Le contó a YoonGi lo mucho que amaba la enseñanza y a los niños, lo feliz que le hacía pensarse como profesor en un futuro y todas las innovaciones que quería hacer como educador. De pronto, se sintió desenvuelto y confiado a su lado. YoonGi lo miraba con mucha admiración y un brillo peculiar en los ojos, tal y como su madre lo hacía. Eso, su guía en este viaje le recordaba a su madre y a forma en que lo miraba cada vez que JiMin le contaba una anécdota, por simple que fuera.

     Le gustaba esa sensación.

—Y decías que no tenías nada interesante qué contar —se burló YoonGi, mientras colocaba la leña en el centro del círculo de piedras, ahí asarían unas salchichas y algunos smores para la cena.

—No creo que sea tan interesante, bueno... me sorprende que te parezca interesante mi carrera, no a todos les parece sorprendente la enseñanza.

—Lo que me parece interesante, es la pasión que veo en tus ojos cuando hablas de eso, se nota que le tienes amor a tu profesión y eso es lo que te va a convertir en un maestro excelente.

     JiMin se sonrojó, agachando su cabeza para juguetear nervioso con la orilla de sus bermudas.

—Gracias, eso es algo que solo mis profesores y mi madre me han dicho. Aprecio mucho tus palabras, es lindo que pienses eso.

—¿Por qué la aprobación de tus profesores y de tu madre parece ser menos importante que la de un extraño? —al fin dejó lista la base para la fogata, luego la encenderían al caer la noche, por lo pronto se sentó en el suelo, justo frente a JiMin, quien parecía algo tímido y nervioso por lo directo de la pregunta, pero tenía razón: para él, era importante la aprobación de los extraños, no solo por su condición, sino porque sus amigos fuera de la escuela, los que realmente le importaban, seguramente se reirían en su cara si les contaba todas las cosas cursis que pasaban por su cabeza.

—Ya no eres un extraño para mí —contestó aún con su voz tímida, levantó su vista solo un poco—. Es que... bueno, realmente mis amigos jamás han pensado eso sobre mi carrera, de hecho, ni siquiera sé qué piensan, jamás les he contado lo que te he dicho hoy a ti. Es decir, saben que soy gay, ellos también lo son, pero sobre mi pasión no saben mucho.

—¿Por qué? —le alcanzó una botella de agua y se levantó, invitándolo a dar una pequeña caminata en la orilla del río, JiMin accedió.

     El simple hecho de caminar a su lado, fue como la fórmula mágica para que la lengua del viajero novato se soltara, yendo hacia la parte desagradable de su vida, esa que ni siquiera su mamá conocía.

—Porque... porque ellos son... especiales, diferentes, es decir...

—Con ellos tienes qué aparentar algo que no eres. ¿Verdad?

—Sí —suspiró—. ¿Cómo lo supiste?

—Tu reacción me lo dijo todo —sonrió, volviendo su vista al suelo mientras las pequeñas olas del río le mojaban los pies—. Si no fuera así, ellos sabrían lo que me has contado su carrera, y no te estaría costando tanto hablarme sobre ellos. ¿Es así o me equivoco?

—Es así —confesó y se sentó a la orilla del lago, jugueteando con las piedrecillas talladas por el agua, YoonGi le acompañó—. No pienses mal, yo los adoro. Jin y Kookie son todo lo que tengo fuera de la escuela, me hacen entrar en un mundo totalmente diferente al que conozco, es solo que a veces es peligroso para mí. Como si fuera otro, no me gusta mentirles diciendo que odio mi vida solo para encajar.

Backpack Boyz [LIBRO DOS] || YoonMin || [EN EMISIÓN]Where stories live. Discover now