Capítulo 3; El Omega Que Era, Dejo De Ser.

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Es salvaje a la hora de intimar conmigo, pero no es algo nuevo para mí ya que André era igual, Ares suele ser un poco más perverso que André, pero no me ha hecho un daño considerable.

Con el tiempo sus trabajadores me fueron viendo como la "jefa" por ser el omega de su jefe, llego aun punto en que me hacían más caso a mí que a él, jajaja eso fue gracioso.

Mis órdenes se cumplían como si fuera Ares mismo el que las daba, el me dio poder sobre sus hombres y trabajo, me sentí poderoso por primera vez, el me coloco como un igual en la línea de poder y mando y eso para un omega es un logro inimaginable.

Sentí que esté Alpha me veía como un igual en cuestiones de capacidad para ser líder.

El tiempo paso; han transcurrido 3 años, y he estado en dos ocasiones embarazado y él lo celebro a lo grande sin importar si el bebé que fuese a tener era omega o no.

El primer hijo fue Alpha y estuvo sumamente orgulloso y feliz, el segundo fue Omega y también lo festejo, aunque dijo que tendría que enseñarle a defenderse antes de aprender a ir la escuela porque no quería que su hijo fuese vulnerable ante los imbéciles que quisiesen aprovecharse de un omega.

No hizo diferencias, ni desprecios entre todos mis hijos y a todos los quería y cuidaba por igual, incluso estaba decido a enseñarles a defenderse y a ser inteligentes para poder sobrevivir en esta sociedad.

Con el pasar de los años él fue enseñando a nuestros hijos a defenderse y a usar armas, yo no quería, pero después de un atentado en su contra no tuve más remedio que estar de acuerdo con mi Alpha.

Así todos mis hijos sin distinción de casta o sangre fueron tratados como dignos hijos de Ares y fueron entrenados como igual.

Con el pasar de los años me enteré del infierno que André hacía pasar a ese Omega por qué el que me cambio.

Él se deshizo de los hijos omegas que tenía con June y los entregaba en los burdeles que por casualidad o destino eran de Ares, me alegro que solo le duro el gusto a André poco tiempo no puedo negar que me llenaba de satisfacción que el no pudiese tener un hijo Alpha, que ese omega del que tanto me presumió; hiriéndome profundamente, ahora no le satisfaga como solía hacerlo yo, y en verdad deseo que nunca jamás pueda tener un hijo Alpha con otro omega.

Yo críe a esos niños, aunque para que mi Alpha me dejara tenerlos me costó un mes sin poder moverme bien, pero valió la pena, salve a dos inocentes omegas de acabar vendidos al mejor postor y aun siendo unos niños, para esta fecha ya habían pasado 4 años desde que abandone a André.

Así que los críe como míos y se volvieron buenos defendiéndose, se les entrenó al igual que los demás y los adopte como mis hijos con la bendición de mi Alpha.

Nuestros años fueron buenos no lo niego, viví con él; bellos años, ya habían pasado 9 años desde que decidí dejar mi antigua vida y era muy feliz, mi Alpha se había metido al negocio del trafico de armas; no era un socio muy activo, pero tenía una presencia importante, eso había generado envidia y celos de aquellos que no pudieron llegar, pero sobre todo porque mi esposo tenía el favor del mero jefe; un yakuza de renombre y muy temido, pero sobre todo respetado en aquellos círculos.

Yo nunca supe cuál era su nombre; solo sabía que le decían Black Demon, y realmente casi nunca lo vi, si acaso nos encontramos unas 3 veces y de las cuales no recuerdo mucho, mi esposo dejo de llevarme a las reuniones con ese jefe, no supe porque, pero tuve la intuición de que fue por celos.

Todo iba bien para nosotros tuvimos algunos enemigos, pero supimos lidiar con ellos mi esposo me enseñó a defenderme, pero nunca me dejo matar a nadie eso lo hacia él, yo solía herirlos y el los mataba; al principio fue difícil, pero al final entendí que era por mi propio bien y para poder proteger a nuestros hijos también.

Cómo Un Omega Debe Ser. 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora