No puedo

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Dicen que el alcohol te hace olvidar aquello que no quieres recordar, pero lamento desilusionarlos, el tequila en mi caso, solo me provocaba dolor de cabeza a la mañana siguiente.

Ellen Pompeo

—siento que me estoy volviendo alcohólica. Para esta hora llevaba media botella de tequila y todavía no era ni media noche— Tengo que llamar a mi casa —me levante de la cama, mi cabeza dio vueltas, aun así fui por mi bolso y busque mi celular— mierda —mencioné, no lo encontraba— ¿Dónde lo deje? —voltee mi bolso, pero cayeron todas mis cosas menos mi teléfono, ¿lo perdí? daba igual, camine hasta el teléfono que estaba en la habitación del hotel, marque a mi casa, por varios segundos pero nadie contesto, volví a marcar, nadie contesto; deje de insistir, si no había nadie en la casa ¿podría estar buscándome? que idiota, seguro debe estar ahogado de alcohol, en realidad no me importaba a estas alturas estaba también ahogada en tequila. Marqué a mi celular, si lo perdí estaría apagado, y si lo deje en el auto sonaría y sonaría. Son dos escenarios que pasaban por mi mente. Marque y sonó varios segundos, marcaria dos veces solo para asegurarme de que estaba en el auto. Marqué— ¿Hola? —¿Quién tenia mi celular? podía escuchar la respiración del otro lado del teléfono— ¿Hola?

—estaba borracha pero sabia lo que escuchaba— Hola

—respondieron— ¿Qué haces con mi teléfono?

—me senté en la cama— si es tu teléfono ¿por que lo tengo yo?

—destape la botella de tequilla— ha ha —dije irónicamente— me lo robaste

—rio— ¿crees...? si te hubiese robado el teléfono no contesto la llamada y simplemente lo apago

—tome un sorbo de tequila de la botella— cierto, pero ¿por qué lo tienes?

—rio— ¿por qué lo perdiste?, mejor dime donde estas y te lo llevo

—respire profundo— ¿y si eres un asesino?

—rio— tienes que confiar en mi, dime donde estas y te llevo el teléfono

—estaba borracha, no confiaba ni en mi misma— Hotel Holiday Free

—escuche como un coche se encendió— ¿el que esta a 40 minutos de L.A.?

—resoplé— esta fuera de la cuidad, vienes o ¿no? necesito mi teléfono —colgaron— idiota —tome otro sorbo de tequila—

una hora después

—en medio de todo escuche el sonido del teléfono de la habitación— ¿si? —contesté—

—ya me había bajado la media botella de tequila en el rato que espere— Srta. Pompeo, tengo a un hombre en el vestíbulo, dice que trae un regalo para usted, y que debe entregárselo en persona

—reí— ¿un regalo?

—refregué mi rostro— si, ¿lo dejo subir? o ¿baja usted?

—el tipo era un astuto— dile que bajo enseguida, y...mantén a seguridad cerca —colgué—

—me puse los zapatos, tome la llave de la habitación y baje al vestíbulo— ¿Dónde esta? —le pregunte al hombre que me llamo a la habitación, señalo con el dedo, el tipo esta sentado en uno de los sofás de vestíbulo, camine hasta él y...— ¿tú?

—sonrió— ¿a quien esperabas?

—rodee los ojos— deberías haber dicho que tenias mi teléfono, lo hubiese pasado a buscar mañana por la mañana

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