HAZEL KUMMER
10-05-17
Era un día como cualquier otro no tenía nada en especial, excepto como las nubes blancas y a su vez transparentes se fusionan en el cielo con el oscuro, pero acogedor amanecer. Ir al instituto era una de las peores cosas que quería en esta vida, muy aburrido para mí y me estresaba que la etapa de la "juventud " muchos la catalogan como lo mejor, pero para mí no lo era; más bien, lo llamaría " la complicada y estresada etapa de la juventud" o al menos así lucía.
Escuchaba música en el transcurso del camino, observaba cada detalle, edificio, casa que se encuentraba cerca, me gustaba que todo fuera tan acogedor y callado. Siempre me cuestionaba lo inesperado que puede ser la vida y el porqué era así, es decir, un día todo está bien y al otro da un giro totalmente drástico ¿Por qué?¿Cuál era el motivo? Sabía que cada persona tiene un próposito en la vida y un destino, es ahí donde entro yo ¿Cuál era el mío?¿Cómo sé qué próposito tengo?.
Llegué al instituto viendo a todo y todos los que en el se habitaban, en cierto punto me fastidiaba el instituto por las típicas peleas que hay entre chicas o chicos, relaciones tóxicas, muchos me veían como algo raro porque no hacía lo que ellos ¿Acaso eso tiene lógica? ¡Era estúpido!
-Hazel, oye- una voz me sacó de mis pensamientos.
Me giré y era Khalil, mi amigo de la infancia- Hola ¿Qué pasó?- dije frunciendo mi ceño.
-Te estaba llamando desde la entrada y al parecer estabas tan metida en tus pensamientos que mi voz no se hizo presente en ellos- hizo mofa y sonreí.
-Bueno, no es la primera vez que pasa Khalil-me encogí de hombros y lo miré.
-Es verdad, pero últimamente andas más ida que los anteriores días, puedes ignorar a quién sea menos a mí, tu hermano de otra madre Hazel- empecé a reír a carcajadas, pero luego asentí.
Fuimos a nuestra primera clase que era Historia me gustaba y aburría a la vez esta materia, quiero decir, aprendía acontecimientos que fueron importantes en su momento y el significado de cada cosa que sucedió, pero me aburría porque era mucho para mi casi nada de capacidad en mi cerebro. No hablaba con casi nadie y no porque no quisiera sino porque no me interesaba estar en un grupo "clasificado" por apariencias, era muy superficial para mí.
Los minutos, segundos pasaban de una manera tan infernal que me provocaba salir corriendo del salón y no volver a entrar ni aunque me obligaran, fue ahí donde usé mi cerebro y dije "¿Puedo ir al baño?" lo cual obtuve un "Sí" como respuesta, sin pensarlo me fui de ahí y cuando a veces digo que la vida y el destino te tiene cosas preparadas sólo debes "accidentalmente encontrarlo" es porque es así.
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Cuando estaba a punto de entrar al baño de mujeres accidentalmente choqué con alguien que quizá medía como 7 o más cm de lo que medía yo, sus ojos color avellana me dejaron perpleja por completo y no sé si era eso lo que me atrapaba o era porque algo en mi interior sentía que lo había visto antes.
-Perdón, no me fijé- dije avergonzada.
-Está bien- no sé si era su mirada o en la forma que lo dijo que me intimidó y atrapó.
-Vale- me hice a un lado para que siguiera y lo que obtuve es que me quedara mirando.
Entré al baño y me quedé mirando unos minutos, analizando cada rasgo diminuto de mi cara y di a la conclusión que tenía lo mío; aunque, nadie lo note y solo me vean como "una chica bonita" más de la institución. Sentía la necesidad de ir tras el chico, pero a la vez algo me lo impedía, creo que es ahí donde te cuestionas si está bien o no lo que quieres hacer sin saber lo que pueda traer eso como resultado.
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El color transparente del amor
Teen FictionDos personas que al parecer estaban destinados a encontrarse, pero a lo mejor a no estar juntos, nadie lo sabía, pero sin darse cuenta se volvieron a encontrar. Entra a leer mi libro para que descubras si es así o no. El destino quiere que nos volva...