Capítulo 36

71 6 7
                                    

Había algo hipnotizante en los ojos verdes de Peter que hacían que Lali se perdiera en ellos. Perdía la moción del tiempo, la capacidad de pensar con claridad en algo que no fuera él. Mirarlo a los ojos era peligroso. Miró hacia abajo rompiendo esa conexión que tenían, Peter aún sostenía su mano.

— Tú no puedes saber como late mi corazón y menos lo que yo siento. — le dijo en voz baja.

— Lo sé porque lo siento, siento como late. Escucha, va a todo galope, como compitiendo con el mío. — se quedaron en silencio y escucharon como latían sus corazones. — Ahora, dime tú, ¿qué sientes? ¿Me estoy equivocando? Hey — levantó su cara — ¿Qué pasa?

— ¿Quieres saber cómo me siento? — Peter asintió. — Hoy me vino un recuerdo de mi mamá. — Le contó sobre su muerte y los pocos recuerdos que tenía de ella. Peter no entendía bien porque le contaba eso, pero la escuchaba atento, como ella lo escuchó a él, y la abrazó cuando pensaba que iba a llorar. Aunque ella no lloró, ni pensaba hacerlo, — Me acordé del día que me llevaron a saltar en paracaídas por primera vez. Antes no era tan loca — rieron — Me daba miedo, sí miedo saltar de un avión.

— ¿Tú, Ms. adrenalina, tenías miedo? Hoy se acaba el mundo.

Lali le pegó.

— Tonto, te hablo en serio. Todo es muy lindo hasta que estás ahí, a punto de saltar y te entra el pánico, el pánico de sentirte caer. Así es la vida también, ¿sabes? Pero salté con ella, y los primeros segundos pensé que iba a morir, pero después, fue la mejor experiencia de mi vida y nunca dejé de saltar. La caída libre es algo impresionante.

— Me imagino, ¿pero qué tiene que ver esto con

— Así me siento contigo — soltó. Peter levantó su cara con el dedo indice, quería que lo mirara a los ojos — Co-como si fuera la primera vez que salto y sentí

— ¿Miedo? — Lali negó con la cabeza. — Yo no te voy a lastimar.

— Yo ya salté, muchas veces... — replicó — Estoy cansada.

— Salta conmigo. Yo te acompaño.

— Peter tú no estas seguro y yo no

— ¿Para qué perder tiempo con algo que es tan evidente? — rozó su nariz con la de ella.

Tenerlo cerca era más peligroso que mirarlo a los ojos. Lali tomó su cara entre sus manos frías.

— Peter — susurró.

— ¿Qué? — replicó en un susurro.

— Hazlo.

— ¿Qué cosa? — empezó a jugar con su pelo.

Lali soltó un suspiro.

— Tú sabes

— Dilo.

— ¡Mierda! Odio cuando te haces el tonto. Olvídalo. — Se empezó a alejar pero Peter la atrajo hacia él. — Ya, déjalo. Ya no quiero.

— ¿Segura? — le preguntó casi rozando sus labios.

«No» no estaba segura de nada a esas alturas. En un impulso pegó sus labios contra los de Peter y se dejó llevar.

Besarlo, besarlo sin dudas era lo más peligroso porque sentía que nunca tenía suficiente. Peter la rodeo con sus brazos y la atrajo más hacia él sin tomar en cuenta que seguía sentada en la camilla. Lali casi si cae y se sostuvo de él. Peter la ayudó a pararse. Seguían besándose, estaban muertos de la risa como si estuvieran borrachos de amor o lo que sea que sentían en ese momento.

Caída Libre - Buscando Esperanza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora