Capítulo 43 - parte 1

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En ocho años de pareja, Euge nunca le había sacado en cara a Maxi que no era el padre de Santi. No tenía razón para hacerlo. Maxi la ayudó con todo y siempre lo quiso como si fuera suyo. Hasta lo registró como el padre. Pero Euge sentía que le servía la sangre cuando habló de quitárselo. Si bien no planeó tener a Santi, era lo más apreciado de su vida.

— Mira Maxi, no me provoques porque Santi es MI HIJO carajo sólo MÍO.

— ¿Ahora sólo es tuyo? — le gritó — Pero cuando te encontrabas sola con una panzota era de los dos. ¿Dónde está el padre eh? ¿Dónde está ahora? Cuando tú lo necesitabas él no estaba, YO ESTABA, YO ESTOY.

— Nunca te obligué a hacerte cargo. — le recordó — Te di la opción de que te fueras y te quedaste. Fue tu decisión.

— Estabas sola, llorando asustada. Nunca te hubiese dejado así. — le tomó las manos — Por favor piensa en lo que estás haciendo.

— No. porque tú rompiste algo. Te hubiese perdonado lo demás, nuestras peleas en Barcelona, la bruja de tu madre, tus comentarios tontos, TODO, pero un engaño NO. — se alejó — Yo no funciono así, esto duele, no puedo ni verte. ¿Piensas que es fácil? Yo quiero el divorcio.

— ¿Dónde vas a vivir?

— En Madrid, con mi gente, de donde nunca debí irme. Te voy a dar un tiempo para que desalojes la casa en Barcelona, para que no anden diciendo que soy tan mala.

— No eres tan mala, aja — apretó los puños — Pero me quieres quitar a MÍ hijo. Sí, es mío también porque yo lo crié, soy el único padre que conoce. Legalmente soy el padre y no puedes prohibirme verlo.

— Eso se puede arreglar con una prueba de ADN. Sabes bien que es imposible que seas el padre. ¿Te quieres someter a eso?

— Eso es un golpe bajo. Sabes que amo a Santi.

— No te estoy prohibiendo que lo veas. Puedes venir cuando quieras.

— Pero a Madrid.

— Una hora en avión, dos en tren, 6 por carretera, no es difícil.

— No quiero verlo de a ratos y no pienso hacerlo. Si te empeñas en hacer esto, estoy dispuesto a ir a corte.

— ¿Sabes qué? Mejor mátate. Ningún juez te tomará en serio. Dale, ve al tribunal, pero te vas AHORA y si vuelves llamo a la policía.

Él empezó a gritarle e insultarla y ella respondió igual, hasta Cielo entró.

— Te dijo que te fueras.

— Cielo, se está volviendo loca.

— No me importa, te vas. Alégrate que no está Peter porque te saca por la ventana. FUERA.

Maxi se fue dando un portazo y las lagrimas de Euge volvieron.

— Lo odio, mamá. Me quiere quitar a Santi.

— Los jueces siempre van a favor de la madre. Eres una buena mujer, tienes trabajo, cuidas a tu hijo. Tranquila. — Cielo la acunó en sus brazos y esperó hasta que se tranquilice. Cuando la notó más calmada se animó a hacerle una preginta. — ¿Quién es el papá?

Euge se apartó.

— ¿Qué! ¿De qué hablas?

— No te hagas la loca conmigo, Eugenia. ¿Quién es?

— ¿El papá de quién?

— ¿Cómo que de quién? De Santi.

— Maxi, mamá.

Caída Libre - Buscando Esperanza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora