El Omega del Rey [✔] © # [Adaptación]

>> ¿PUEDO VER A MAURICIO? <<

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Diario del rey —nota 16—:
"Pese a todo, no debo dejar a mi reino, así que te perdono. Lo hago solo porque debo mantenerme con vida y asegurar un heredero".

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No quisimos hablar más, de hecho, las palabras usualmente sobran en momentos como este. Por lo tanto, tan solo nos tomamos de las manos y caminamos al jardín, donde nos recostamos para olvidar, por un segundo, todos los problemas que nos rodeaban. Así puedo olvidar el frasco que contiene sus lágrimas y que pronto tendré que matarlo para vivir con el Beta al que siempre amé. Sin embargo, mi lobo no quiere perder a su destinado y presiento que la Luna no permitirá que cumpla mi cometido.

—Te amo —me dijo débilmente, casi como un suspiro. De hecho, pude sentir como su voz acariciaba mis sentidos, brindándome una sensación de paz que nunca antes había experimentado.

¿Será porque nunca había abierto tanto mi corazón? ¿Por qué me comprometí de esta manera?

—No puedo mentirte sobre esto. —Ya le he contado el episodio más secreto de mi vida, tan solo Mauricio lo conoce, así que espero que sepa lo que siento por él —. Mi lobo te ama, pero yo, no, y no sé si pueda hacerlo.

—¿Sabes? Cada vez que te miro a los ojos me doy cuenta de algo: cada día brillan más. Puede que no lo aceptes, más nuestros destinos se han juntado para que nos enamoremos, y eso te está pasando.

Emilio, no sé qué siento en realidad, pero llevo tanto tiempo amando a Mauricio y odiándote. Además, todo lo que me pasó fue tu culpa.

—Puede que la Luna lo quiera así, pero no puedo amarte —confesé—. Te odio, ¿no te das cuenta? Te culpo por todo lo que he sufrido y por todas las muertes que he presenciado.

—Era muy joven e inexperto —dijo—. Además, no tenía otra alternativa. Sin embargo, ahora que estás aquí, puedes mostrarme qué he hecho mal y qué debo cambiar.

—Eres el Alfa rey; no tiene sentido que me escuches. De hecho, estoy seguro de que todo lo que te dicho estos días son motivos para una sentencia de decapitación... ¿Por qué?

—¿Por qué aguanto tus atrevimientos? —replanteó mi pregunta— Porque me he dado cuento de que, desde que te vi, imaginé a un ser angelical y divino; no obstante, cuando te conocí, vi a un guerrero. ¿Qué quiero decir con esto? Que no serías tú si fueras sumiso y complaciente, como intentaste ser antes de tu fiesta de presentación. Me di cuenta de que escucharte es como vivir de verdad y de que hay algo tóxico en nuestra sociedad, me di cuenta de que contigo puedo ser mejor y cambiar del mismo modo a mi reino.

No lograrás que cambie de opinión. Debo matarte, Emilio.

No pude evitar sonrojarme, pues, aunque tercamente evito que sus palabras me toquen el corazón, suena tan sincero. Sus ojos brillan y no ha mostrado arrepentimiento alguno de lo que acaba de confesar: sin duda desea cambiar. No obstante, hay situaciones que no pueden dar marcha atrás.

—Gracias —le contesté.

Sonrió, sin decir más, y lo agradecí. Realmente, esto es todo lo que necesitaba. Sin embargo, hay deseos más grandes e intensos que deben cumplirse antes de la temporada de apareamiento. Sin duda, la lucha que se vivirá después de nuestra boda será brutal y solo uno de nosotros sobrevivirá. 

—¿Mañana puedo ver a Mauricio?

BYEEEEEEEEEEEEEE LOS ROMA.............