Sus manos sobre mi cuerpo...
Mis labios acariciando los suyos...
Gemidos y jadeos...
Sábanas blancas...
Nuestras respiraciones agitadas...
Sus ojos... Sus oscuros y siniestros ojos...
Y luego, todo era sangre...Abrí mis ojos de golpe y me senté en mi cama sorprendida con ese sueño tan extraño y... peculiar. Aún podía sentir el calor de su cuerpo sobre el mío, pero la pregunta era... ¿Quién era esa persona que me hizo sentir tan maldita y peligrosamente bien? Sobre todo en un sueño. Si fuera una creyente hasta podría jurar que que hizo un viaje astral y me hizo el amor de manera anónima, o ya estoy demasiado loca y solo pienso estupideces.
Gracias a Dios la alarma sonó y me distrajo con rapidez, así que sin darle muchas vueltas me levanté y salí de mi habitación rumbo a la cocina, de donde salía un delicioso aroma a canela.
–Buenos días, mundo...
Saludé en un susurro y me acerqué a mi hermana Katya, la menor de los tres que éramos, aunque solo era menor de minutos, ya que somos trillizos. Me dio un beso en la frente y al notar que buscaba a nuestro hermano comentó con una sonrisa.
–Aún no baja, como siempre se le pegaron las sábanas. –Solté una risa despreocupada y puse mis ojos en blanco.
–De seguro Alex lo despierta con mucho amor.– Solté con un evidente sarcasmo y mis suposiciones fueron acertadas cuando nos giramos y vimos a nuestro tío Alex muerto de risa y nuestro hermano mayor Kyle bastante malhumorado bajando las escaleras. Oculté mi risa burlona detrás de la taza de café que me había servido Marta, la encargada de la casa y mejor cocinera que había podido conocer en mis 18 años de vida, y le di las gracias antes de darle un sorbo a mi café.
–¿Andabas de juerga anoche, hermanito?
Kyle era el más alto de los tres, medía casi metro noventa y a pesar de tener 18 años parecía de unos 20, lo cual le facilitaba colarse en bares y discotecas donde no se permitían menores de 20 años. Su cabello era de un castaño claro que mantenía en un corte actual, ondulado y descuidado en el medio mientras ambos lados estaban rebajados. Cabe destacar que algo que él admiraba de sí mismo y que yo detestaba era lo condenadamente guapo que era, aunque venía en nuestros genes me molestaba porque debía espantarle a las facilonas que se le arrimaban 24/7. Katya sin embargo era la más baja de los tres, su tez era más clara que la mía y la de mi hermano, y su negro cabello, a diferencia del mío le llegaba un poco más abajo de los hombros, en un corte recto. Era preciosa, pero de estas bellezas que quisieras guardar en una cajita de cristal para que no se rompieran, ya que parecía una muñequita (cosa que odiaba que le dijeran) aunque estoy segura de que si la encerraran en esa cajita ella misma la rompía a golpes.
Y por último estaba yo, la hermana del medio, por lo tanto la chica invisible desde la vista de nuestra madre. Medía metro ochenta y parecía una modelo. Y no, no es que tuviera mi ego por los cielos, fui modelo durante dos años, pero por ser una niña tan obediente (noten mi sarcasmo, por favor) me salí de ese mundo, claro, no sin llevarme antes a dos o tres galanes. Mi cabello era largo y rubio, aunque no natural, y me encargaba de mantenerlo regularmente. A pesar de que físicamente no nos pareciéramos tanto con todo y lo de ser trillizos, nuestra personalidad era una jodida copia de nuestro difunto padre.
Kyle me lanzó una mirada cómplice y se encogió de hombros antes de responder.
–Era la última noche antes de comenzar la escuela, sino salía estaría cometiendo un delito.
No pude evitar soltar una risotada mientras negaba, simplemente no tenía remedio. Kyle me miró divertido en respuesta y fue entonces cuando mi tío decidió hablar, con un repentino tono serio que no pude descifrar.
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Monster (En Español)
AcciónKira entra a su último año escolar con todas las ganas. Su puesto de reina intocable lo quieren destruir tanto alumnos como profesores y todos terminan arrepintiéndose en el primer intento, todos menos él. Nunca imaginó que el juego que ella conside...