Introducción

2.1K 138 20
                                    

Tras meses de buscar y no encontrar a la mariposa de los sueños, Towa se encontraba sumamente cansada y frustrada. Parecía que su viaje a la era feudal había sido en vano. Si bien habían derrotado a los cuatro peligros (con un poco de ayuda), sentía que no había podido averiguar nada acerca de la mariposa, sus padres o qué papel tenía Kirinmaru en todo eso.

Así que ahí estaba, recostada en una raíz del árbol de las edades, intentando relajarse y preguntándose cómo encontrar a ese bicho escurridizo.

-veo que se encuentra pensativa, princesa- una voz la sacó de su ensimismamiento.

-¡Riku!- contestó sorprendida, cambiando rápidamente su expresión a una sonrisa -que bueno verte, ha pasado un tiempo- le hizo una seña para que se sentara a su lado.

-ya lo creo- el chico obedeció -debo admitir que me preocupaba que en nuestro próximo encuentro tus amigas decidieran quitarme las perlas, así que decidí esperar a que se fueran-

-Supongo que eso significa que no me devolverás la perla plateada ¿verdad?- preguntó la chica con un puchero, que a Riku le resultó adorable.

-es de muy mal gusto regalar un regalo ¿no lo crees?- contestó con un guiño.

-supongo que tienes razón- soltó un suspiro preocupada -¿vas a llevárselas a Kirinmaru?-

-no, no le debo nada a mi antiguo amo, y no pretendo ayudarle en cualquiera que sea su plan- contestó con simplicidad.

-entonces ¿las usarás para ayudarnos a derrotarlo?-

Riku observó a la chica, directo a sus ojos grandes y expresivos tan llenos de esperanza que casi le provocaban lástima, junto a otra sensación que no podía definir con claridad.

-lo lamento princesa, pero no es tan sencillo- palmeó su cabeza con cuidado -espero que logren derrotarlo, pero esa no es mi batalla-

La chica asintió con los ojos cerrados y un ligero sonrojo en las mejillas. Debía admitir que una parte de si deseaba tener a Riku como aliado en cualquier cosa que fuera a pasar a futuro, pero sabía que era poco probable que quisiera ayudarlas.

-está bien, espero que la señora que te cuidó y tú también tengan suerte con las perlas- Riku sintió una punzada en el estómago. Culpa, le llaman. Towa siguió -aunque debo advertirte que no será fácil convencer a Setsuna y Moroha de darte las suyas, pueden ser muy obstinadas- dijo cruzándose de brazos.

-ya lo creo- "por eso se las quitaré a la fuerza" -¿es eso lo que te tiene tan pensativa? ¿Las perlas?-

-oh, no, acumular poder demoníaco no me interesa en absoluto- volteó a ver el árbol -es por Setsuna; vine a esta época a recobrar sus recuerdos y por más que lo intento no encuentro a la mariposa de los sueños- dijo llevándose una mano a la sien -todo aquí es tan complicado, Kirinmaru, nuestros padres, las perlas, la mariposa; ¡todo!- suspiró frustrada -de donde vengo las cosas eran más sencillas-

Este último comentario despertó la curiosidad de Riku -¿cómo es de donde vienes?- cuestionó.

-oh, bueno- se detuvo -no se si deba contarte, hablar sobre el futuro con alguien del pasado podría cambiar la historia-

-prometo no usar la información que me des para mi propio beneficio- contestó con simpleza.

La chica dudó unos segundos, pero finalmente se decidió a hablar -allá no hay demonios, o al menos casi ninguno. No nos curamos con hierbas sino con medicinas que salen de un laboratorio. Hay edificios tan altos que tocan el cielo, y transportes tan rápidos que te llevan a tu destino en segundos, ¡incluso puedes viajar al otro lado del mundo en un día!-

Riku en el presente (Ritowa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora