Riku en el presente (Ritowa)

10. La batalla final

(no pongan la canción hasta que les diga por favor)

-¡anciana Kaede!- Aome, Towa y Riku llegaron hasta la aldea, donde fueron recibidos con sorpresa.

-¡Aome!- la sacerdotisa mayor tomó a la mujer de los brazos anonadada, a lo que la pelinegra respondió con un abrazo -estás aquí, ¿cómo?- la separó pidiendo explicaciones.

-no hay tiempo para explicar- interrumpió el pirata, aun sosteniendo la mano de la peliblanca -Kirinmaru va en camino al árbol de las edades, debemos resguardar a los aldeanos -

-¿dónde están los exterminadores?- cuestionó Towa

-acaban de salir rumbo al árbol, ahora entiendo por qué- la anciana tomó su arco y flechas, y le pasó unas más a Aome -debemos sellar los alrededores de la aldea, siendo una batalla entre dos demonios tan poderosos puede que un ataque nos alcance, pero estamos lo suficientemente lejos como para que alguna otra criatura aproveche la ausencia de los exterminadores para atacar- trazó unos sellos y se los pasó a los jóvenes -Aome y yo nos encargaremos del norte y este, ustedes encárguense del oeste y el sur. Una vez que hayamos terminado nada ni nadie podrá entrar ni salir-

Los chicos asintieron y se dirigieron a donde la sacerdotisa había indicado.

-¡Sesshomaru!- Kirinmaru descendió en la colina del árbol de las edades, a una distancia prudente del demonio y su improvisado ejército -espero que tengas una explicación para esto- señaló con su espada a su familia y a los exterminadores molesto.

-protejo a mi clan- Sesshomaru desenvainó su espada -algo que de ser más inteligente hubieras hecho hace tiempo-

Zero descendió poco detrás de su hermano, con una sonrisa en su rostro -así que el clan del Gran perro general no se contentará con debilitar a nuestro clan, si no que quiere eliminarlo por completo-

-si es necesario, no dudaremos en hacerlo-

-eres demasiado confiado joven Sesshomaru; ingenuo, diría yo- los observó despectivamente -he vencido a los ejércitos de los más poderosos demonios, y tú planeas vencerme con un puñado de humanos y unos cuantos impuros-

Inuyasha gruñó -¡suficiente charla!, ¡te mostraremos de lo que somos capaces!- volteó a ver su hija, quien asintió.

-Cuando uso esta pintura roja me convierto en BeniYasha, la destructora de tierras. ¡Tiembla ante el sanguinario amanecer!- padre e hija lanzaron sus ataques hacia Kirinmaru, el cual tanto lo desvió con un movimiento certero, frunciendo el ceño.

-Zero- volteó a ver a su hermana, que apretaba los puños con furia -me parece que tienen algo que te pertenece-

-así es- extendió la mano atrayendo todas las perlas arcoíris, ante la sorpresa no solo de Sesshomaru y sus aliados, sino también de su hermano y de ella misma -¿cómo..?, ¡malditos bastardos!- ya con las perlas sus poderes regresaron, junto a sus marcas demoniacas -¡pagarán por todo lo que han hecho!-

-¿algún otro plan Sesshomaru?- cuestionó Inuyasha.

El mayor de los Taisho respiró mientras se ponía en posición de ataque -luchar-

Los jóvenes mitad demonio estaban a punto de terminar de colocar los sellos cuando el mayor de ellos habló.

-Towa- Riku tomó las manos de la chica entre las suyas y la observó directo a los ojos -debo ir con los demás, por favor quédate dentro de la barrera-

-¿qué?- Towa se percató de que el chico la soltaba para dejar entre ellos el último de los sellos -¡claro que no!, ya no tienes los poderes de la perla; ¡no puedes ir!- lo tomó de las muñecas, evitando que terminara de sellar la aldea con ella dentro.