1. Comodidades

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-¿entonces no eres novio de Towa?-

Riku se encontraba sentado, tomando té, envuelto en una manta ... y a punto de perder la paciencia ante el interrogatorio de la Higurashi menor. Respiró intentando recuperar la compostura; estaba en esa casa como invitado y y debía comportarse. Si bien esa época era, en general, más segura, y él no era precisamente un objetivo vulnerable, no le apetecía terminar durmiendo en la calle; mucho menos después de que le aseguraran que la cama que le darían para dormir era más cómoda que el sofá, de por si cómodo, donde esperaba un cambio de ropa. Así que no le quedaba más que tomar paciencia de donde pudiera y seguir contestando las preguntas de la niña.

-no señorita Mei, la princesa Towa y yo no somos novios- "como le he dicho ya tres veces", se aguantó de agregar.

Mei lo miró con el ceño fruncido, para después señalarlo acusatoriamente -¡mentiroso!- le gritó sobresaltando al chico.

-¡Mei!- la regañó Towa desde la cocina, roja de vergüenza.

-Mei, hijita, ¿por qué le dices cosas tan feas al señor Riku?- se acercó Moe, poniendo una mano en el hombro de su benjamina y disculpándose con el chico con la mirada -ya nos explicaron que es solo un buen amigo de tu hermana-

-pero miente- insistió la pequeña -si no son novios, ¿entonces por qué le dice princesa?- preguntó, como si aquello fuera una prueba irrefutable.

-porque es una princesa- contestó Riku con obviedad, mientras la chica en cuestión se sentaba a su lado, quedando él así entre ambas hermanas -es la hija se Lord Sesshomaru, hijo del difunto Inu no Taisho, el gran rey de las bestias demoniacas de Occidente-

-wow- dijeron las tres mujeres presentes en la sala. Ni siquiera Towa estaba enterada de que su familia había sido así de importante. Aunque debía admitir que una parte de si pensaba que "princesa" era un apodo cariñoso, y saber que no era así la ponía un poco triste.

-entonces ... ¿eres una princesa?- cuestionó Mei a su hermana, quedando a gatas encima de Riku y casi tirando su té en el proceso -¿viviste en un castillo grande allá? ¿Tu papá te regaló muchos vestidos? ¿Tu hermana y tú usan tiaras bonitas y todos hacen reverencia cuando las ven pasar?-

-ven aquí Mei- la pequeña se vió interrumpida por Sota, quien la levantó y la alejó de ambos jóvenes, quienes suspiraban aliviados -una disculpa chicos- dijo apenado, para luego voltearse par hablar con su hija menor -se que estás emocionada por tener a Towa de regreso, y que tienes muchas dudas sobre las cosas que le han pasado; pero todos estamos cansados, y será mejor irnos a dormir y ya mañana poder conversar más tranquilos ¿de acuerdo?-

-de acuerdo- contestó la pequeña cruzándose de brazos -pero hoy dormiré con Towa-

-¿la cama será lo suficientemente grande para los tres?- preguntó Riku rascándose la barbilla.

La sala se quedó en silencio. Los padres de Towa la observaron con duda y preocupación, mientras esta se sonrojaba por el malentendido.

-Riku, tú dormirás en la cama de invitados, no conmigo- aclaró.

-¿qué? ¿Por qué? Ya hemos pasado la noche juntos antes- cuestionó, haciendo que los adultos dieran un respingo.

-¡no de esa forma!- se apresuró a correguir Towa -en aquel lugar me convertía en humana durante las noches de luna nueva, y estaba indefensa frente a cualquier monstruo que quisiera atacarme. Riku me encontró y me protegió, tomamos un poco de té y charlamos, eso fue todo-

-así es- confirmó el chico, quién finalmente había caído en cuenta de cómo sus palabras habían sido malinterpretadas -como les hemos explicado, nuestra relación no es otra cosa que una amistad-

Riku en el presente (Ritowa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora