2. Tokio

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-¡Riku!- llamó la chica desde afuera de la habitación de invitados -¿estás listo para irnos?- preguntó emocionada. Aún era temprano, pero había hecho una lista de los lugares que quería mostrarle al chico y mientras más pronto salieran más podrían recorrer ese día.

El chico suspiró con resignación y abrió la puerta. Se encontraba vestido con prendas que le habían prestado para poder pasar desapercibido, que consistía de una camiseta morada de manga larga, un abrigo marrón y un pantalón y zapatos negros; y si bien no quería parecer malagradecido...

-no creo que esta ropa vaya bien conmigo- se quejó, aún sin ver su acompañante -¿no lo crees, princesa?- volteó a verla, quedándose sin aliento.

La chica llevaba un chaleco verde brillante por encima de una camisa sin hombros con mangas holgadas, unos pantalones blancos y zapatos bajos de color negro. Riku pensó que había visto a mujeres más bellas vestidas con ropa más agraciada, pero no era capaz de evitar que la palabra "hermosa" apareciera en su mente, ni de apartar la mirada de la chica.

-es ropa que papá Sota usaba en la universidad, puede que esté un poco pasado de moda, pero no te queda mal- dijo la chica rascándose la nuca, e ignorando el efecto que había causado en el chico -podemos pasar a alguna tienda a ver algo que te guste más, después de todo no sabemos cuanto tiempo nos quedaremos en este tiempo, ¿qué opinas?-

El chico sonrió, acercándose a ella -que hoy se ve especialmente encantadora, princesa- dijo depositando un beso en el dorso de su mano, provocando que la chica  se sonrojara.

-¿pero que cosas dices?- apartó la vista apenada, pero con una pequeña sonrisa -¿listo para irnos?-

-por supuesto- el chico tocó la perla de su oreja, pero nada sucedió -pero que extraño- volvió a intentarlo, obteniendo el mismo resultado.

Towa soltó una risilla -la magia no funciona aquí Riku, tendremos que tomar el tren-

-oh, una vez me subí a un tren- recordó el chico -era gigante, sacaba humo con un dragón y se movía demasiado- mencionó algo molesto -sinceramente, preferiría caminar-

-este tren es diferente, lo prometo- la chica lo tomó de la mano -ven, te mostraré-

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Habían llegado a la estación y Riku se encontraba maravillado con la velocidad a la que tanto las máquinas como las personas se movían. Un tirón en la manga de su abrigo lo trajo de regreso a la realidad.

-ese es el nuestro, vamos- los chicos se subieron a uno de los trenes que acababa de llegar -que suerte que encontramos asientos libres- dijo Towa mientras se sentaba en invitaba al chico a hacer lo mismo -por cierto, será mejor que te sostengas antes de que ...- no alcanzó a terminar la frase cuando el tren arrancó, provocando que el chico resbalara y terminara apoyado en ella, en una especie de abrazo. Se miraron a los ojos, percatándose de la cercanía.

-lo siento princesa- se separaron ligeramente sonrojados, mirando a lados opuestos. El viaje transcurrió en silencio.

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Después de casi perder la parada por estar distraídos, los chicos llegaron a un centro comercial del distrito de Ginza.

-¡ven Riku!- dijo Towa mientras se adentraban en el edificio -busquemos algo de ropa que te guste y luego iremos a comer, ¿te parece?-

Riku en el presente (Ritowa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora