4. Familia y amor

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Towa despertó de golpe a la mañana siguiente. Literalmente. De una patada que la sacó de la cama, para ser precisos.

-Mei- dijo aún somnolienta, levantándose del piso e intentando mover a su hermanita -dame espacio, aún es muy temprano- en ese momento, unos toques en la puerta y una voz que conocía muy bien la hicieron despertar por completo.

-Towa, ¿estás despierta?- preguntó Riku en voz baja desde fuera de la habitación.

-¡un momento!- gritó en silencio, tratando de no despertar a Mei, y salió a encontrarse con el chico -buenos días Riku- saludó con una sonrisa trsite, pero esta se borró al observarlo con más atención.

-buenos días princesa- contestó sonriendo, pero visiblemente desmejorado. El chico tenía grandes ojeras, la nariz roja y temblaba ligeramente -espero no haberte despertado-

-¿pero que te pasó?- intentó acercarse a él para revisar su temperatura, pero Riku se apartó al momento que la tos lo atacaba.

-no lo se- contestó con la voz rasposa -nunca antes me había sentido tan- se vió interrumpido nuevamente por la tos -débil- concluyó con un gesto de dolor.

Towa acercó el dorso de su mano a la frente del chico -¡estás ardiendo!- dijo preocupada

-princesa, temo que me hayan hechizado- dijo con una sonrisa llena de preocupación, antes de que un nuevo ataque de tos y un fuerte dolor de cabeza lo dejaran de cuclillas en el suelo.

-¡Riku!- escuchó a lo lejos, antes de perder el conocimiento.
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Sentía como su conciencia iba regresando de a poco. La molestia en la garganta, los escalofríos, y en general todas las molestias que lo habían despertado esa mañana seguían presentes, pero había algo nuevo; un peso extra sobre su frente. Abrió los ojos con pesadez y observó a su alrededor hasta dar con una figura femenina que se acercaba a él con una bandeja.

-¡ya despertaste!- Moe se sentó al lado del futón -me alegra, nos pegaste un buen susto a todos-

-señora Higurashi- intentó incorporarse, pero sus brazos estaban débiles y su cuerpo se sentía pesado.

-no te esfuerces demasiado- Moe lo ayudó, quitó el trapo húmedo de su frente y le ofreció un vaso con agua -ahora lo más importante es que descanses y te mantengas hidratado-

-¿qué fue lo qué pasó?- preguntó antes de tomar un poco de agua.

-te desmayaste frente al cuarto de Towa. Estaba muy preocupada por ti, pero afortunadamente parece que es solo un resfriado- la mujer remojaba y exprimía el trapo para que volviera a estar fresco.

-eso es imposible, yo no...- la tos le impidió terminar la frase, obligándolo a doblarse sobre su estómago.

-parece que es muy posible- Moe lo recostó y colocó el paño sobre su frente -intenta dormir un poco más, ¿de acuerdo? Sota y Towa fueron por medicina, regresarán pronto-

Riku quiso quejarse, pero el sueño le ganó.
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-¿joven Riku?- escuchó una voz masculina, abrió los ojos con dificultad - Lamento despertarte, pero debes tomar la medicina para mejorarte pronto-

-por supuesto, gracias- se incorporó, buscando la infusión de yerbas... pero en lugar de eso, Sota sostenía un vaso de agua y unas pequeñas piedras de colores -lo siento, ¿dónde está la medicina?-

-oh, justo aquí-  le mostró las rocas, ¿aplastándolas? Bueno, entonces quizá eran unas bayas -debes tomarlas cada ocho horas, de todas formas alguien vendrá cada tanto para ver que no tengas problemas-

Riku tomó la baya y la observó con detenimiento, para después morderla, ante un anonadado Sota. Inmediatamente se arrepintió de su decisión -sabe horrible- dijo conteniendo las ganas de vomitar, al menos lo suficientemente para terminar de masticar la medicina. Más le valía funcionar.

Riku en el presente (Ritowa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora