Prólogo

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—Toma el cuerpo de Hitler, ¡Ahora!— escuché decir a Miah con su voz como el trueno. —Sus genes son la clave para que la materia oscura gane esta guerra. ¡Vamos! No me bajé hasta acá para que dudaras—

Entonces ví como de la nada se abría un hueco en la pared con un diámetro aproximado de 15 metros y del otro lado había un ambiente completamente diferente a lo que había visto, hasta que de ahí salió una creatura. Después de eso se cerró el hueco en la pared.

—¿Ya viste qué está ahí? ¡Es un maldito dinosaurio!. ¡Un puto dinosaurio!— le grité mientras el asombro rondaba mi cabeza.

—No es un dinosaurio, se asemeja, pero no lo es. Es una criatura temible y asesina, más inteligente y sabe usar su entorno para despedazarte. Los smucks no son creaturas con las que un mortal deba jugar

—Gracias por darme una explicación para que mis nervios crezcan más... Me sentiré mejor sabiendo que un maldito dinosaurio me va a matar...

—Smuck

—¡Lo que sea!

—Ve ahora porque el tiempo casi llega a su final, y no quiero que pasemos toda la eternidad en el olvido. No quiero que por tu culpa todo lo que hemos logrado se vaya al agujero.—

Miah: SálvanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora