Capítulo VIII

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Miah: dios de todo lo que existe. Un tiempo y tiempos y la mitad de un tiempo.

Oscuridad absoluta en el tiempo...
La antimateria seductora del mal,
La vida ingenua se alza...
La muerte está tan hambrienta
Y estamos en medio de esas dos.

Los ancianos dictaron en su delirio:
Después del día en que mueras serás una estrella,
Pero sólo es una explicación vaga de morir
No quiero palabras de gente que no sabe
No quiero nada de los que son todo
Mírame ahora mientras gobierno

Soy el sol con el que te quieres calentar,
Pero si te acercas mucho, te puedes evaporar
Soy la luna que evita que te tropieces
Y estoy tan alto que no puedes alcanzarme.

Mi nombre es Miah y soy el que todo lo ve y siente, yo soy uno con el universo y el universo soy yo, fuera de mi no hay otro.
He venido desde las profundidades de la existencia, yo no tengo principio ni fin y soy eterno por los ciclos de los ciclos...

Veamos cómo les explico esto... Hace unos millones de ciclos, qué equivalen a billones de años humanos, estábamos experimentando, intentando crear vida. Hasta hacía poco, la vida era algo de ciencia ficción, porque en la nada habíamos solamente dos.

La ley multiversal dice que para algo positivo debe existir su negativo, como cuando haces un pozo: cavas en la tierra plana el hueco, que para simplificar, sería el negativo, y la tierra que sacaste forma un montículo que sería el positivo... Sí pones la tierra en el hoyo, eso cancelará todo y dará igual a cero.

Así mismo fuimos Gea y Yo, Miah. Ella es mi fuerza contraria y fuerte oposición.

Me fijé en la humanidad, de entre toda la vida en el multiverso, porque a pesar de que pueden ser las peores creaturas, también hay bondad en ellos y son una de las especies más infravaloradas que hay. Son tan débiles y fuertes a la vez, que después los destruiré porque ellos quieren ser igual a mí y no hay nadie como yo.

Iniciamos el Bing bang con nuestra propia energía, mezclando nuestras esencias en uno solo, que creó la materia, yo; y la anti materia, Gea. Millones de ciclos después, sería el multiverso desconocido. Podíamos materializar versiones de nosotros e iniciamos con la experimentación de la vida. Era nuestro sueño el no estar solos en este y queríamos células vivas en nuestro cuerpo.

Gea estaba tan ilusionada con la experimentación. Fué así como creamos a los Anhochus, el primer prototipo de la vida en el espacio del universo principal, el primero que se había creado. Un ciclo después estaban viajando por el universo, pero eso no les bastó. Ellos crearon vida. Ellos crearon la humanidad.

Estaba indignado por aquella escena, yo soy un dios y ellos eran simples mortales. Ellos no podían crear vida y yo quise destruirlos a ellos y a su creación. Pero Gea, ella no estaba contenta con mi desición así que se interpuso entre ellos y mi poder.

—No puedes destruir a esa maravillosa y exótica forma de vida, no te conviertas en un genocida— Era Gea la que decía con su voz tierna

—¿Por qué? Ellos crearon vida y quieren igualarnos, Gea, ¡somos dioses!

—Miah... Tu...

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Nota del autor: ¡Capítulo revelador Del inicio de todos los tiempos! Espero les esté gustando la historia. Debo añadir que me encantó este capítulo, disfruté mucho escribiéndolo.

Gracias por llegar hasta aquí. Espero haya sido de su agrado... Aún queda mucho camino por recorrer

Miah: SálvanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora