✩ ─── 「 ༺ ☪ Capítulo 1 ☪༻」─── ✩

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Marinette miró alrededor y sonrió para sí misma. Se aseguró que su madre ya no estuviera despierta y rápidamente bajó las escaleras. Sus elegantes pasos apenas hacían ruido, y en nada, estuvo fuera de la casa. Cruzó el campo, disfrutando la brisa que llegaba a ella. Estiró los brazos y corrió, rozando las flores como la Diosa de la Luz que era.

Se sentía viva, y cuando estuvo cerca del oscuro bosque al límite de los campos de su madre, su corazón empezó a latir más y más. Después de meses de acercamiento con la oscuridad, ya no le temía más a las sombras, y la recibía como una buena amiga. Aunque frecuentemente le advertían sobre entrar al oscuro bosque, su terquedad y determinación le podían.

Marinette entró al bosque y disminuyó sus pasos. Caminó lentamente y miró alrededor con una sonrisa en los labios. Extendió los brazos y cerró los ojos, atesorando la oscuridad que se había vuelto una extensión de su radiante personalidad.

—Llegue... —La familiar calidez la envolvió – era como si la oscuridad estuviera abrazándola, y Marinette se sentía en casa.

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—Eres tan infantil.

Marinette giró lentamente y cuando vio la figura en las sombras, su sonrisa se amplió. Dio un paso más y estiró su pálida mano.

Aquella presencia se movió y Marinette frunció el ceño haciendo un pequeño puchero, bajando su mano. La joven diosa suspiró y pasó una mano por sus negros cabellos, sus dedos sujetaron una flor que estaba anclada ahí. Vio la hermosa creación lila por unos segundos antes de lanzarla y fijar su mirada en lo que era más importante.

—No soy infantil, tú lo eres. —Dijo Marinette, sus ojos seguían haciendo contacto con aquellas poderosas orbes verdes que se dejaban notar desde la profunda oscuridad de bosque. —¿Vas a seguir jugando a las escondidas conmigo?

Algo la acarició y Marinette giró. Resopló frustrada y se rindió antes de sentarse en el suelo. Acercó sus rodillas a su pecho y envolvió sus brazos.

—¿Cuántas veces te he dicho que no vengas aquí? —una voz susurró en su oído, dejando atrás ligeros roces en su hombro haciendo que Marinette se inclinara esperando más.

Marinette no giró la cabeza, sabiendo que el otro dios huiría otra vez si lo hacía. Así que solo cerró los ojos.

—¿Cuántas veces te he dicho que estoy aquí para verte? Creí que ya habíamos hablado de esto hace meses. ¿Por qué eres tan difícil?

—¿Por qué eres tan terca?

La joven diosa dejó salir un suspiro enojado y abrió los ojos.

—Siempre obtengo lo que quiero, y sabes lo que quiero de ti.

—Si quieres una pareja, puedes escoger a alguien de tu clan. —La voz fue más distante esta vez, y eso enojó mucho a Marinette. Lo que más ansiaba era tocar al otro. Los ligeros roces y cálidos susurros en la oreja no hacían nada para calmar el bombeo de su sangre y sus rápidos latidos. Simplemente no era suficiente, era una cruel forma de tortura, y quería que se detuviera.

—¡No quiero a ninguno de ellos, te quiero a ti! —Marinette gritó. Se puso de pie y giró, tratando de encontrar aquellos familiares ojos en las sombras. Sus manos fueron hacia su ropa y el frío viento sopló.

—Por favor no me digas que vas a desvestirte otra vez. —El dios se burló. —No hay nadie aquí que vaya a apreciar tu desnuda forma. En la oscuridad, a nadie le importa la belleza.

Marinette siguió quitándose la ropa, y tan pronto como estuvo desnuda, miró alrededor una vez más.

—¿No hay nadie aquí? —preguntó.

Light in the Dark (Adrinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora