✩ ─── 「 ༺ ☪ Capítulo 3 ☪༻」─── ✩

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Marinette se tambaleó en el bosque, sus ojos buscaban con desesperación. No se atrevió a dar otro paso, solo esperó que esa calidez familiar la abrazara y la recibiera en su oscuridad.

—Te dije que debías estar aquí. —Insistió de manera consentida, hablando en dirección de nada en particular. —¿Estás aquí? No me gusta esperar.

Hubo una risa desde atrás, y giró quedado cara a cara con el dios de la oscuridad. Marinette cruzó sus brazos, y sus labios formaron una especie de puchero que sabía que el otro encontraría irresistible.

—Me hiciste esperar.

—Alguien tiene que enseñarte sobre la paciencia. —Adrien respondió al moverse y recostarse contra un árbol que estaba a su lado. —Eso es algo de lo que careces.

—No necesitas enseñarme nada, —Marinette comentó. —No eres mi madre.

El otro dios rió dejando el árbol y dando dos pasos hacia Marinette. Estiró la mano y acarició el rostro de la otra diosa, sujetándola. Lentamente la trazó antes de dejar las manos en su cintura, acercándola y presionando sus cuerpos.

Marinette jadeó cuando Adrien se inclinó más, sus labios acariciaron su cuello. Los dientes acariciaron el lóbulo de su oreja, y nuevamente, Marinette sintió débil las rodillas. Su corazón estaba latiendo como loco, y tuvo que aferrarse a Adrien en busca de apoyo.

—Créeme, Marinette. —Adrien susurró mientras lamía su oreja. —Estoy muy al tanto del hecho de que... —su otra mano bajó para acariciar la entrepierna de Marinette. —...no soy tu madre.

—Yo... —Marinette mordió su labio y enterró el rostro en el cuello del otro dios. Jadeó respiró el poco familiar aroma de la oscuridad y el bosque, apretando su agarre en el otro. Se sentía más que cómoda en el abrazo del dios y ya no se sintió tan fuera de lugar en la oscuridad.

Marinette mantuvo silencio por unos segundos, muy al tanto de que si presionaba más, Adrien se iría.

Respiró profundamente y se hundió más en el abrazo de Adrien. Casi sentía como si se hubieran vuelto uno, y Marinette cerró los ojos disfrutando ese momento. El alcohol que había consumido estaba recorriendo su sangre, y podía sentir las olas de excitación que surcaban su cuerpo, pero se sentía muy tímida como para hacer algo más.

—¿Qué vas a hacer ahora? —Adrien murmuró gentilmente mientras sus dedos recorrían el cabello de la menor. —Pareces un gatito que está a nada de dormir. ¿Ya es hora de que vayas a la cama? —tocó delicadamente a su amante, tratándola como si fuera algo etéreo. —¿Quieres irte?

—No, no quiero eso, —Marinette murmuró contra el pecho de Adrien. Se alejó un poco de Adrien para verlo. —¿Puedo besarte? —susurró mientras subía las manos y sujetaba el rostro del mayor. —¿Por favor...?

—¿Esperas algo más después del beso? —Adrien preguntó apretando su agarre en la cintura de Marinette.

La joven diosa sonrió con cierto aire de coquetería.

—Tal vez. —Bajó sus manos lentamente, asegurándose que sus movimientos fueran lo firmes suficiente como para ser notados por el otro. —Después de todo, tengo que... Adorarte apropiadamente.

—No sabes cómo hacer lo que estás insinuando, —el otro dios respondió mientras lentamente los movía y colocaba a Marinette contra un árbol. Colocó sus manos a cada lado de la cabeza de la chico y se inclinó. —Apuesto que ni siquiera has soñado con hacer algo así antes.

Marinette resopló, sintiéndose ofendida

—Podría intentarlo.

—¿Y qué pasa si no me gusta? —Adrien preguntó con sorna. Sujetó el mentón de Marinette con su pulgar e índice. —No me gustaría que me decepcionaras.

Light in the Dark (Adrinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora