Poco a poco la voz se fue callando, mientras más avanzaba con sus pasos por los interminables pasillos, todo iba siendo simple silencio del sitio vacío, el aire que salia de sus labios no quería regresar, el temblor de sus piernas por el mutismo del lugar era fuerte, desorientado dejaba con los segundos la carrera, la alfombra se comía sus pasos y apegaba sus pies al felpudo carmín, ese tapiz lo estaba confundiendo, cuántas vueltas había dado por el mismo pasillo, no sabía la respuesta, no sabía ni siquiera si había avanzado más allá de la antigua habitación; el trote ajeno era oído por otros, pero no sacaba de ese pequeño shock en el que se encontraba el principe.
Sus ojos naranjas estaban llenos de inquietud, la garganta le ardía y la piel se sentía ardiente al llegar a él — Querido, deja de correr así... V-vas a caerte si no tienes cuidado — el cansancio le respiraba en la nuca, sus respiros eran irregulares al estar siguiendo desde lejos al príncipe, sus manos descansaban en sus rodillas, arqueando la espalda para tomar un respiro de aquel maratón — Dame un minuto... — respiró hondo y se incorporo de nueva cuenta, su espalda recta y la mirada enfocada en King, su garra tomó a la delicada figura aun lado suyo, reposando esa mano negra en el hombro del jovencillo, tomando consigo la mirada desconcertada de esas esmeraldas.
Perplejo soltó sus dudas — No lo entiendo, el grito ya no se escucha... — su mirada iba al demonio, sus palabras sacaron una mueca ajena y no entendía el sentir del corazón, incluso de esos ojos.
— Te dije que era porque estabas cansado — una oleada de emociones lo amarraba, era una culpa dudosa, era un pequeño temor escondido en el reflejo de su mirada a las esmeraldas, si la culpa no lo quería, entonces por qué lo hacía acercarse al hombre.
El leve resplandor de dolor brillo en sus iris, sutil molestia le cruzó fugazmente — No, yo sé que lo escuché, estoy más que seguro — reafirmó con voz firme, aunque mantenía la compostura era cierto que estaba cansado, el rostro se le relajaba en un momento a otro y se acercaba a su compañero.
Su garra viajo del hombro al rostro de Dice, suave tacto de piel, calmaba la conversación — Bien, bien, lo entiendo... Pero creo que deberías ir a descansar, ¿Está bien? — la aterciopelada voz acortaba el poco espacio entre los dos, si sus labios tuvieran conciencia estarían aterrados por la cercanía, se esconderían y solo imaginarian que paso, pero como así no funcionaba, seguía con el plan.
Se miraban a los ojos, el naranja no le gustaba, pero si iba entrecerrando sus ojos podía ver el bello rojo — Yo, supongo que sí — y se tocaron, estaban sujetos el uno al otro, la calidez se esparciá por su piel, sus labios unidos iban y el poco movimiento los soltaba, terminaba con el tiempo de amores, al menos eso hacia que el beso cesará, pues estando ya cerca los dos sus cuerpos aunque poco, se llegaban a tocar — Tienes razón — cerrando sus ojos abrazo al diablo, el calor lo iba adormeciendo, ni la más mínima palabra, solo el abrazo de regreso y la caminata hacia una habitación propia.
Cayó por un rato en el juego del collar, el calor que antes no sentía volvió cuando él se había acercado, lo hechizaron por segundos, el lado malo de la magia era el que desgraciadamente no duraba para siempre o por el tiempo que tenías previsto.
Por que aún con el collar puesto y el sabor a labios, no convencían al príncipe del todo...
La mañana iniciaba, la calma se podía respirar y sus ojos no dejaban de observar el otro lado de la cama, sin nada, sin nadie junto a él, las tristes sábanas eran compañía callada, su cabeza no recordaba en que momento se había apagado con el atardecer de ayer, estaba cansado, sentía un leve frío en su cuerpo, sin embargo, se levantó sin muecas.
Sus pies descalzos sentían el helado suelo, suspiro con pesadez y comenzó a andar, los pétalos rosados del suelo rozaban la piel, estaba confundiendose más, en absoluto recordaba en la habitación esas cositas que ya danzaban con la brisa, no había ramos, ni la mínima muestra de flores recién cortadas consigo, algo para él demasiado raro.
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¿Crees que valió la pena? [Devildice]
Fiksi PenggemarEste libro es la secuela de: "Que importa lo que digan de nosotros" En este libro se contará lo que pasa después de la boda de nuestros queridos bastardos, que obviamente se basará en la película de Shrek 2. • No te confundas este libró es puro Devi...