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Creía que iba peor de tiempo, pero respiro aliviada al ver que no.
No me costó nada entrar al estadio en el cual había unos cuantos aficionados.
Miro el reloj un segundo. Aún quedaban diez minutos para que empezase el partido.

No me cuesta hacer mucho espacio entre la gente y poder divisar un sitio en primera fila.

Había venido a ver a Eric jugar, y él no tenía ni idea. Quería que fuese una sorpresa.

La verdad que no tenía pensado venir, pero dándole vueltas a la cabeza llegué a la conclusión de que sería buena idea venir.
De sobra sé que él tenía muchas ganas de que viese un partido fútbol suyo.
Era hora de devolverle algún favor, sentía que él hacía demasiado por mi.

Manchester no era lo mismo sin Eric, a quien consideraba un gran amigo.

Llevábamos una semana sin vernos y él tuvo la magnifica idea de recogerme de la biblioteca y así buscar una excusa para ponernos al día.
Claramente se lo agradecí. "Sabes que no tienes que darlas" , me respondió sonriendo y yo le piqué revolviendo su pelo.

- Pasado mañana tengo partido- suelta de pronto mirándome un segundo mientras conducía. - Es bastante importante. Es un derbi.- Yo solo frunzo el ceño y le miro confundida. Sabía de sobra que no tenía ni idea sobre fútbol. - ¡Los derbis son especiales Vic!- ríe ante mi cara de confusión.

- Pues entonces, ¡suerte! Ya me contarás- suelto divertida. - ¡No me mires así! - le golpeo de broma- te prometo que pronto iré a alguno.

Nada más entrar a mi cuarto y dejar tirado el bolso me lancé a mi cama y me puse a pensar.

Sería buena idea ir a verle al estadio, pero no se lo diría. Quería ver su cara cuando me viese allí sin avisarle.

El grito de la gente que tenía sentada a mi alrededor me saca de mi trance y miro al frente, los jugadores ya salían hacia el campo. El partido estaba a punto de comenzar y lo primero que me fijé fue buscar con la mirada a Eric. Y ahí estaba vestido con una equitación azul y subiéndose  las medias mientras hablaba con el resto de compañeros.

El partido empieza y aunque nunca me ha llamado la atención el fútbol no podía desviar mi atención. Más bien, no podía quitar mi vista de Eric.
Corría, se hacía con el balón y luego lo pasaba...

Los minutos avanzaban y él no dejaba de dar órdenes a sus compañeros.
En un momento un miembro del equipo de Eric corre con rabia para detener al rivales y quitarle el balón, pero no llega a tiempo y consiguen macar gol.
Mientras los aficionados del equipo contrario celebraban victoriosos este chico se agacha e inclina su cabeza decepcionado consigo mismo.
Eric no tarda en llegar con él y agacharse a su altura para animarle.
Le habla fuertemente al odio y le da unas palmadas en la espalda para levantarle y animarle.

El árbitro pita el silbato y los jugadores se acercan pesadamente a la zona de los banquillos para ir a beber agua y reunirse con el entrenador. En círculo, les da indicaciones y los motiva.

"Por favor, tienen que empatar" No dejo de pensar en eso todo el rato para mi misma.

Veo a Eric de espaldas dándole un trago a su botella bastante cerca de las gradas. Sin dudarlo le llamo y me oye. Se da la vuelta y hago señas con la mano para que me divise.
Reímos los dos al vernos mutuamente. Estaba muy sorprendido.
Y aunque hace el amago para acercase a saludarme en la valla en la que estaba apoyada, un compañero lo coge por los hombros. El partido iba a volver a retomarse.

Ahora salen todos con más ganas para intentar marcar un gol.
El tiempo avanzaba y en una jugada fortuita hace que un rival caiga al suelo y grite de dolor.
Todos los jugadores paran al instante y algunos se dirigen al jugador que estaba tirado en el suelo dolorido.
Finalmente de estar parados unos minutos sacan al jugador cojeando entre dos compañeros suyos y lo llevan al banquillo.

"Mi Mejor Jugada"; Eric GarcíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora